Asegura Fernando González Laxe en un informe muy completo y con datos certificados por los organismos portuarios de España y Portugal que Vigo es el único puerto gallego con peso internacional, y con ello, también el único que puede jugar en la misma liga que Leixoes (Oporto). Las cifras son concluyentes: solo la terminal viguesa está en condiciones de mantener el pulso a la portuguesa gracias a su peso creciente como punto de entrada y salida del comercio internacional, que básicamente se realiza por vía marítima. Los otros cuatro gallegos (A Coruña, Ferrol, Marín y Arousa) están muy lejos o prácticamente carecen de peso. Laxe sabe de lo que habla: es una autoridad en economía, un experto en cuestiones europeas y un especialista en asuntos portuarios, lo que le valió ser nombrado presidente de Puertos del Estado durante la primera legislatura de Zapatero, entre 2009 y 2012. Un premio de consolación, porque estaba originalmente designado para ministro de Pesca y Agricultura, que finalmente recayó en la viguesa Elena Espinosa un tanto por carambola: era un puesto que le tocaba a un gallego, aunque debía ser mujer para equilibrar el gabinete. Así se escribe la historia.
A González Laxe le debe esta ciudad una calle como mínimo por haber sido desde la Presidencia de la Xunta (entre 1987 y 1990) el creador de la Universidad, lo más importante que le ha pasado a Vigo en estos últimos 40 años, un salto cualitativo decisivo. Como se ha contado, y él mismo reconoció, tomó la decisión de aprobar la UVigo (y de paso la Universidad de Coruña, su ciudad) pese a contar con informes económicos negativos que alertaban sobre la dificultad de que la Administración gallega pudiera sostener tres universidades.Pero consideró que era una forma de articular Galicia, sobre sus tres principales ciudades. No se equivocaba. Tampoco a la hora de calificar la potencialidad del puerto vigués.
