Opinión

Campaña vacunal y riesgo de nuevas pandemias

En otoño está previsto que se ponga en marcha una nueva campaña vacunal contra el covid-19. Si bien es cierto que la gran mayoría de la población lo más probable es que tenga algún tipo de inmunidad frente al SARS-Cov-2, como consecuencia de haberse vacunado o haber pasado la enfermedad, no es menos cierto que con el paso del tiempo la protección empieza a decaer y la susceptibilidad es mayor, sobre todo en personas mayores con patologías de riesgo, de ahí la conveniencia de vacunar. El Ministerio de Sanidad quiere aplicar la vacuna española Hipra, empezando por los mayores de 80 años y los profesionales sanitarios, y de esa franja de edad hacia abajo, combinar las vacunas de Hipra y de Pzifer. Según los expertos, la vacuna Hipra no brinda una adecuada protección frente a las variantes más recientes como Arcturus, más transmisible y más resistente a la inmunidad. OMS, ECDC, FDA y China están de acuerdo en que es necesario reformular las vacunas y que contengan las nuevas subvariantes ómicron XBB, y aplicarlas en las distintas franjas de la población, empezando por los mayores de 80 años, si bien España quiere poner la suya a toda costa. Tiene que prevalecer la protección de la salud de la población frente a cuestiones de política económica y geopolítica, e intereses comerciales de los fabricantes de vacunas. Los gobernantes, deberán tener en cuenta aquellas vacunas que además de estar avaladas por el rigor científico y estar aprobadas por la EMA, sean las más idóneas en función de las subvariantes dominantes. Recuerdo que cuando se inició la campaña vacunal contra el covid-19, mantuve discrepancias con Sanidad sobre la decisión de vacunar a la franja de edad de 60 años con AstraZeneca, según mi criterio había que administrar Pzifer o Moderna (> protección y solamente 3 semanas o 1 mes el intervalo entre la 1ª dosis y la 2ª respectivamente, mientras que administrando AstraZeneca dicho intervalo era de 10-12 semanas; el tiempo me dio la razón, es preciso aprender de los errores pandémicos del pasado.

Existe el riesgo potencial de que puedan surgir nuevas pandemias como consecuencia de dos factores: el cambio climático y los virus que saltan de los animales a los seres humanos, con lo que podrían surgir nuevos patógenos desconocidos, producirse mutaciones de virus a los que no hemos estado expuestos anteriormente, y volver a surgir una nueva pandemia, similar a la que originó el SAR-CoV-2. De ahí la importancia de la protección del medio ambiente y de la biodiversidad, y llevar a cabo una gestión sostenible de los recursos naturales para prevenir las zoonosis (enfermedades que afectan a los animales, pero se pueden transmitir al hombre, de ahí la importancia de mantener una vigilancia epidemiológica). Evitar situaciones en las que el cambio climático genere alteraciones ecológicas y aumente el deterioro del entorno y como consecuencia de ello se vea afectada la salud. Vigilancia genómica de las variantes de aquellos virus que nos están afectando como el SARS-Cov-2. Trabajar en el desarrollo de nuevas vacunas que nos protejan de aquellos agentes que ya conocemos y sabemos que podemos controlar. Extremar las precauciones con el manejo de las especies salvajes y de su contacto con los seres humanos, y muy especialmente con aquellas que se venden en los mercados, para que no se repita lo de Wuhan.

(*): Científico, académico, experto en salud ambiental y salud pública.
 

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