Yo soy de esos españoles que en estas fechas brinda con cava por puro compromiso. No me gusta gran cosa, ya sea catalán o extremeño. Uno de los hombres de mundo que más sabía de esto, el diplomático Carlos Abella, que fue embajador en Roma, decía que teniendo como tenemos un excelente Albariño no entendía que en Galicia se brindara con cava. Y pienso lo mismo. Además, el albariño se exporta. Como decía mi amigo diplomático, “dejaos de caralladas”. En las recepciones que organizaba en la embajada de Roma, se servía albariño. “y todos mis invitados –decía- quedaban asombrados de la calidad de aquel vino. Tuve ocasión varias veces, en que coincidí con él en diversos actos, cenas de congresos y eventos de buena mesa, en Galicia, que siempre pedía albariño como el mejor acompañante de cualquier plato. Aquel hombre de mundo, famoso por sus recepciones en la embajada de España en Roma fue uno de los grandes propagadores de la calidad de nuestros vinos.
El cava no goza de excesiva fama entre los expertos y conocedores que prefieren el vino natural. De todas formas, en España tenemos cavas excelentes, conocemos 130 marcas. El cava tiene una crianza mínima de nueve meses para que tenga lugar el proceso de fermentación. Tras la operación de eliminación de residuos, y de reposo unos meses más, la botella está lista para salir al mercado. Hay muchos mitos en torno al cava y al champagne: por ejemplo, el que más revienta al abrirlo no es el mejor. El ruido tiene que ser seco, sordo y no demasiado fuerte. La cueva será buena si su base vino es buena. Pero, como dicen los franceses, el vino bueno se reserva para ser consumido como tal.
De todos modos, para quienes gusten, hay algunas reglas: Nunca se debe enfriar el cava en el congelador o en una cubeta mediante movimientos rotatorios. Tienes que dejarlo reposar. Y ya ves, el cava sirve para todo, y lo puedes tomar en cualquier momento del día, desde el desayuno hasta la cena. Una regla a tener en cuenta, cuanto más dulce sea, más frío debe estar. Cuanto más seco, menos frío, incluso en este caso, depende del gusto de cada uno. Y otra cosa, el champán y el cava requieren una copa estilizada, como una flauta, de cristal fino y transparente. Las llamadas copas de champán se utilizan para cócteles y otras cosas, pero no para degustar como debe ser un buen cava. Abre la botella, las burbujas deben ser pequeñas y subir hasta el vaso. Estaremos bebiendo un buen cava. Por cierto, que los fabricantes catalanes tuvieron que sustituir en sus etiquetas, por presiones de Francia, la expresión “método champanois” por la de “método tradicional”. Insisto, en que cada uno tome lo que guste, pero no siempre se usa para cava el vino de mejor calidad, que se reserva para ser comercializado como tal.
De todos modos, insisto, si tenemos Albariño ¿para qué queremos brindar con cava? Así que levanto mi copa por todos ustedes, con albariño, por supuesto.
El cava no goza de excesiva fama entre los expertos y conocedores que prefieren el vino natural. De todas formas, en España tenemos cavas excelentes, conocemos 130 marcas. El cava tiene una crianza mínima de nueve meses para que tenga lugar el proceso de fermentación. Tras la operación de eliminación de residuos, y de reposo unos meses más, la botella está lista para salir al mercado. Hay muchos mitos en torno al cava y al champagne: por ejemplo, el que más revienta al abrirlo no es el mejor. El ruido tiene que ser seco, sordo y no demasiado fuerte. La cueva será buena si su base vino es buena. Pero, como dicen los franceses, el vino bueno se reserva para ser consumido como tal.
De todos modos, para quienes gusten, hay algunas reglas: Nunca se debe enfriar el cava en el congelador o en una cubeta mediante movimientos rotatorios. Tienes que dejarlo reposar. Y ya ves, el cava sirve para todo, y lo puedes tomar en cualquier momento del día, desde el desayuno hasta la cena. Una regla a tener en cuenta, cuanto más dulce sea, más frío debe estar. Cuanto más seco, menos frío, incluso en este caso, depende del gusto de cada uno. Y otra cosa, el champán y el cava requieren una copa estilizada, como una flauta, de cristal fino y transparente. Las llamadas copas de champán se utilizan para cócteles y otras cosas, pero no para degustar como debe ser un buen cava. Abre la botella, las burbujas deben ser pequeñas y subir hasta el vaso. Estaremos bebiendo un buen cava. Por cierto, que los fabricantes catalanes tuvieron que sustituir en sus etiquetas, por presiones de Francia, la expresión “método champanois” por la de “método tradicional”. Insisto, en que cada uno tome lo que guste, pero no siempre se usa para cava el vino de mejor calidad, que se reserva para ser comercializado como tal.
De todos modos, insisto, si tenemos Albariño ¿para qué queremos brindar con cava? Así que levanto mi copa por todos ustedes, con albariño, por supuesto.
