Opinión

LOS TICS DE LA IZQUIERDA ABERTZALE

Quizá sea por la sensación de euforia que tienen tras la legalización de Sortu por el Tribunal Constitucional; quizá sea porque piensan que todo el campo es orégano y dan razones para su mantenimiento en libertad vigilada; o quizá sea porque los procedimientos democráticos les vienen grandes en unos casos y en otros aprovechan cualquier resquicio que se les ofrece para seguir con su 'raca raca' sin dar señales de avanzar por el camino de la verdadera normalización de la vida política en el País Vasco, pero el caso es que la izquierda abertzale con sus diferentes nombres y organizaciones mantienen unos tics que hacen pensar que no han acabado de comprender que la oportunidad que les han dado las instituciones democráticas se puede revertir. Una circunstancia que no sería deseable en ningún caso tras el fin de la violencia etarra, que era imprescindible para avanzar, pero que no es la estación término sino la casilla de salida.


La detención de dos etarras en Francia, uno de ellos presumiblemente autor de los asesinatos del empresario Ignacio Uría y del concejal socialista Isaías Carrasco es la comprobación de que la policía a través de la colaboración internacional prosigue la persecución sin tregua de los terroristas huidos, que contribuyen a que se mantengan las dudas sobre sus verdaderas intenciones o la posibilidad de una escisión que volviera a las andadas. Si su pretensión es mantener la ficción de que pueden evitar la acción de la justicia porque antes de su arresto se llegara a un acuerdo sobre presos y huidos su error no puede ser más manifiesto: ese es un camino en el que nadie está dispuesto a dar pasos a menos de que cumplan la condición sine qua non de la disolución de la banda etarra, y en principio solo afectaría a quienes se sumen a la 'vía Nanclares' con todas sus consecuencias.


Al tic de los etarras que portaban armas en el momento de su detención se une la respuesta del portavoz de Amaiur en el Congreso lamentando la detención de los terroristas por no ir en la buena dirección para resolver el 'conflicto'. La izquierda abertzale que había dado tímidos pasos en el reconocimiento del dolor causado y en la inutilidad de la lucha terrorista para lograr fines políticos ha parado en seco esas reflexiones y se encuentra atrincherada como si ya hubiera dado los pasos suficientes y ahora le correspondiera a los partidos genuinamente democráticos tenderles la alfombra roja.


Ayer estuvo el presidente del PNV en La Moncloa y volvió a pedir al jefe del Ejecutivo algún gesto con respecto a los etarras encarcelados como el acercamiento de algunos de ellos que cumplan determinadas condiciones, pero es comprensible que al Gobierno le cueste dar pasos cuando comprueba que los abertzales radicales mantiene los mismos desafíos de otras épocas, y que Amaiur se niega a participar hoy en el homenaje que el Congreso rendirá a las víctimas del terrorismo por considerar que se trata de una ceremonia 'parcial, no integradora' mientras que celebrarán otra en Guernica que iguala a las víctimas del terrorismo y a las del Estado, o desde Bildu se financia un documental que exalta al figura de cinco presos etarras, asunto del cual el Ministerio del Interior ha tomado buena nota. En este caso el tic se convierte en un indicio que sumado a otros puede causar problemas a la izquierda abertzale si no se los trata, porque los condicionantes del TC sobre la acción política de la izquierda aberzales son meridianamente claros

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