Opinión

Legislatura perdida

La vicepresidenta del Gobierno y los ministros de Economía y Hacienda se esfuerzan por mantener el tipo y de transmitir, lo mejor que pueden, que la economía española va mejor en muchos capítulos que permiten una mayor confianza exterior, una mejor financiación del Tesoro, una buena evolución de de la competitividad y en consonancia de las exportaciones de bienes y servicios. Pero por debajo de la actitud moderadamente optimista que proyectan algunas cifras del cuadro macroeconómico presentado hoy, como rectificación a los PGE que llevan cuatro meses en vigor, hay otras que demuestran como los ciudadanos van a vivir y como les va a afectar esa previsible mejora económica, y entre ellas, la más dramática, es que el nuevo cuadro macroeconómico se subraya que el descenso del paro tendrá una evolución muy tímida a lo largo de este tiempo hasta situarse en el 24,8%, de la población activa desde el 27,1% que reveló la EPA del primer trimestre, y por encima del paro del 22,8% que recibió en herencia envenenada el Gobierno de Mariano Rajoy. Se trata pues de una legislatura perdida para el empleo. Y si es así, el Gobierno habrá fracasado en el principal de sus objetivos confesados, la creación de empleo. Y el paro supone, como reconoce Luis de Guindos es la mayor debilidad reconocida de la situación española. ¿Sería el momento de realizar un pacto de algún tipo entre las fuerzas políticas sociales y económicas para revertir la situación sobre la creación de empleo? No parece que una iniciativa de esas características se encuentre entre las prioridades del Gobierno.

Pero por mucho que los ministros se esfuercen, cuesta trabajo percibir como esa mejoría de los fundamentos económicos se traslada a la ciudadanía, porque lo que se ha visto perderse hay que darlo por perdido en materia de derechos sociales, mientras ya se conocen las consecuencias de la política económica en la evolución del empleo y las características del que aún no se ha destruido y del que está por crearse. Entretanto se retrasa al menos un año más la reducción de la subida del IRPF que se aplicó el pasado año, y corren las noticias acerca de que se va a acabar la indexación de las pensiones con el IPC.

Pero en otro de los aspectos esenciales también puede afirmarse que el Gobierno no ha cumplidos sus expectativas y así, debe desplazar en el tiempo la consecución de otro de sus objetivos: el cumplimiento del pacto de estabilidad con un déficit público del 3% se alarga hasta 2016, mientras la deuda pública se elevará hasta casi el 100 del PIB en el mismo año. Para 2013 el déficit fiscal se queda en el 6,3% muy por encima del 4,5% previsto inicialmente, muy por encima de las previsiones de Bruselas y pendiente de que la Comisión Europea dé su visto bueno.

Pero a pesar de todos estos incumplimientos –no ya del programa electoral, sino de las previsiones de cumplimiento de sus objetivos improvisados al calor de ‘la realidad’ los miembros del Gobierno tratan de justificar los efectos benéficos de su política económica: todo habría podido ser peor, vienen a decir sin asomo de autocrítica.

Quizá la novedad más importante de la comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno es el anuncio de que Rajoy comparecerá en el Congreso para explicar el Plan Nacional de Reformas 2013-2016 y por tanto le dejan la concreción de las decisiones más importantes y la fijación del calendario de creación y subida de impuestos y las leyes que han de impulsar la economía un par de puntos. Toca seguir esperando.

Te puede interesar