Muchos los demandantes…

Coincide hoy en este diario la conselleira María Allegue en que la vivienda es el primer problema en Galicia y sobre todo en Vigo, donde la demanda de un piso se ha convertido en un desafío: hay pocos y caros y aunque la aprobación del Plan General ayudará a animar al sector, los ritmos son terriblemente lentos y además la mayoría de las grandes empresas se apuntan a la vivienda de precios elevados en Barrio do Cura o los futuros desarrollos de plaza de España y Beiramar. Así que queda en manos de las administraciones construir pisos protegidos. El Concello acaba de poner en marcha una empresa municipal que aportará algo con una promoción prevista en Santa Cristina; el Gobierno se ha apuntado a transformar los recursos inmobiliarios de la Sareb en pisos de alquiler, pero sus precios son descabellados y parece más bien una broma o la búsqueda de una foto. Así que casi todo queda en manos de la Xunta. Hay que reconocer que Rueda lo vio claro y fue lo primero que dijo cuando renovó el cargo pronto hará dos años, que había que dedicar cuantos más recursos mejor a construir viviendas. En Vigo, el nuevo Navia está en marcha y en 2026 quizá se pueda comenzar a habitar alguno de los edificios en construcción. Los otros dos polígonos, Ofimático y Ramón Nieto, irán más allá de 2028. Todo muy lento y eso que la Xunta ha eliminado trámites con un plan propio que reduce la intervención de la Administración local a aprobar los planes generales y dar licencias. Aun así, pasarán varios años hasta que Vigo cuente con unas 5.000 viviendas de precio tasado, con una demanda registrada en la actualidad de 7.200 personas. Sabemos un par de cosas: que el precio va a continuar subiendo y que si no hay pisos a disposición, esta ciudad está condenada a sufrir un exilio interior creciente hacia municipios del entorno, como Porriño, Salceda o Mos.