Cartas al director

reflexiones sobre ence y pontevedra

n  n  n  Voltaire decía: Odio lo que usted dice pero odiaría más que no pudiera decirlo. ¿Es el silencio quien provoca complicidad? Sí, pero además confunde y acorrala a los ciudadanos obstruyéndole su futuro. Éste es el caso específico que nos ocupa y preocupa. Teniendo como protagonistas a ENCE, Pontevedra y toda Galicia.
Si nos atenemos a los últimos escándalos y la reacción complaciente de algunos políticos, sin lugar a dudas, alarma y no tiene desperdicio alguno. Vivimos disfrutando el mercado persa de la política-ficción. Donde todo vale, para engañar a la ciudadanía y que siga la fiesta sin que pase nada, pero lamentablemente sí pasa y es muy grave ya que al acecho ya tenemos hoy unos charlatanes y demagogos populistas, haciendo una campaña desleal y suicida, diciéndole a los ciudadanos lo que ellos quieren escuchar para saciar sus angustias y enfado que ellos le transforma en odio y rencor hacia el sistema democrático y eso es grave.
Tal vez, sin miedo a equivocarme, ENCE y la ciudad de Pontevedra ya copan hoy la preocupación y angustia de toda Galicia, ante la mirada perdida de unos y las ansias de venganza política de otros para juntos llevar a la ciudad de Pontevedra a un sueño de verano ecologista de muy difícil explicación a los milees de parados que hoy pululan por esta ciudaad y que viven un futuro incierto con la planta de ENCE, que los convertirá en rehenes de una forma de hacer política-ficción para la galería que destruye el progreso y bienestar ciudadano. El recibo actual de la luz nos convierte en cómplices de sus locuras. Mexan por nós, e dis que vhove. De todo esto, pocas explicaciones nos dieron, pero el 50% es para cubrir sus desbarres, de nada sirvieron los sacrificios y los cuantiosos recursos aportados por esta empresa que hace muchos años apostó por Pontevedra y Galicia y que su fin es modernizarla y adaptarla a las exigencias de la Ley del Ambiente actual.
Es la intransigencia quien fabrica odio y rencor ciudadano, para convertirlos en lacayos de una realidad desfasada que ya hoy está viviendo Galicia y que pone en juego a miles de puestos de trabajo directos e indirectos. Ante este triste panorama unos se esconden esperando como siempre y es costumbre, la llovizna en tiempos electorales, otros tratan de sacar rédito a su radicalismo engañoso que cada día ve mermados sus seguidores y quien gobierna y es mayoría hoy tiene que poner orden antes que sea demasiado tarde. El ultimato que hoy le está dando la directiva de la empresa ENCE exigiéndoles las garantías necesarias para seguir con sus inversiones y continuidad  de la misma en Pontevedra deben tener hoy una respuesta afirmativa de las autoridades comunitarias y nacionales, de no ser así el cierre de la planta será inminente. El ejemplo de Huelva debe llamarnos a reflexión para no seguir en esta incertidumbre llena de demagogia peligrosa a la vista.
¿Está Galicia hoy preparada para este nuevo envite a las pocas fuentes de trabajo estable y rentable que tiene?, tal vez sin lugar a dudas, no, ya que solo engrosaría las listas de parados existentes que fueron víctimas de años de acopio y desidia jugando con las cosas de comer de forma irresponsable y fruto de la borrachera económica que ello provocaron, que hoy todos pagamos a un precio muy elevado y cuyo riesgo social no es calibrado por sus políticos.