Vigo perdió 3.000 vecinos en los últimos tres años mientras el área ganó 4.500

Otros efectos de la pandemia

La pandemia provocó un desplazamiento de las ciudades gallegas a su entorno que aún sigue, salvo en Santiago, que ha ganado un millar de residentes. Gondomar es el municipio de la comarca que más ha crecido, con casi 700 nuevos vecinos

Ciudadanos haciendo trámites administrativos, entre ellos referidos con el empadronamiento, en la lonja del consistorio vigués.
Ciudadanos haciendo trámites administrativos, entre ellos referidos con el empadronamiento, en la lonja del consistorio vigués.

La pandemia ha hecho estragos en las urbes gallegas, con miles de vecinos que optaron por abandonar los cascos urbanos para establecerse en los municipios limítrofes, como se puede constatar en los datos definitivos correspondientes al período entre el 1 de enero de 2019 y el 1 de enero de 2022, es decir desde el año anterior al covid. El ayuntamiento más perjudicado de Galicia fue en este sentido Vigo: en dicho período ha perdido casi 3.000 habitantes -según el Instituto Nacional de Estadística, que ofrece las cifras oficiales para toda España- mientras el área metropolitana y el sur de la provincia ganaron casi 4.500 residentes. No es casualidad y en algunos casos hay datos llamativos, con municipios que llevaban décadas en decrecimiento y que han revertido la situación. Es el caso, por ejemplo, de Covelo y Fornelos, que han conseguido avances, aunque tímidamente. En Covelo, un saldo positivo de 84, para alcanzar casi 2.500 empadronados, y Fornelos, de +5, para no bajar de 1.600.

En cambio, Vigo, siempre según el INE -el Concello maneja otras cifras, pero no son oficiales- pasó de 295.364 habitantes a 292.374, un descenso muy importante apuntalado por el trasvase de población a su entorno, muy evidente, con el añadido de los saldos vegetativos cada ejercicio más negativos. Solo la inmigración extranjera evitar un declive. Aunque en Vigo ha sido mayor, lo cierto es que también ha ocurrido en el resto de ciudades gallegas, salvo Santiago, que ha dado un paso adelante para aproximarse a los 100.000, aunque con la excepción de Compostela entre las ciudades, en cifras absolutas Vigo se llevó la peor parte. A Coruña se dejó un millar de vecinos en este trance; Ferrol muchos más, 1.900 (es la ciudad que más población perdió en este siglo); Lugo, otro millar, y Ourense todavía más, 1.500 bajas netas. Pontevedra tuvo un declive menor pronunciado, con un resultado negativo de -201, pero con una particularidad: era la ciudad que más crecía en Galicia en el XXI, hasta 2020, en que se cortó.

En el otro lado, los municipios que más han crecido, en el total de Galicia se sitúan dos del área metropolitana de Coruña, Oleiros y Arteixo, a ambos lados de la capital herculina, además de Santiago, por otras circunstancias. En Vigo, Gondomar, Tui y Porriño, todos en el entorno más próximo a la ciudad, han logrado los mejores resultados. Detrás, Nigrán (+370) y Cangas (+290), seguidos de Tomiño (280), Salvaterra (270), Baiona (227) y Salceda (216). Ponteareas subió 160 y Soutomaior otros 150. En general, todos logran resultados positivos en el área metropolitana y los ayuntamientos del sur de la provincia, incluyendo algunos que llevaban años perdiendo habitantes sin parar, como Mondariz. Pasa igual en torno a Coruña, y hasta cierto punto en los municipios próximos a Ourense.

Dos municipios del entorno de A Coruña, los que más crecen

El área de A Coruña suma dos de los tres ayuntamientos que más crecieron durante la pandemia, Oleiros y Arteixo, ambos a cada lado de la capital herculina. Oleiros sumó en este tiempo 1.200 vecinos y Arteixo otros 810, convirtiéndose ya este último ayuntamiento en uno de los mayores después de las siete ciudades. En concreto, figura con casi 34.000 vecinos en el puesto once, tras Narón, Oleiros y Vilagarcía. Oleiros alcanzó los 37.000 y se acerca a las primeras posiciones del escalafón municipal gallego. Es también el ayuntamiento gallego que tiene mayor renta per cápita, entre otros motivos por contar con ilustres vecinos como Amancio Ortega, entre otros. En el caso de Coruña resulta evidente el trasvase de población desde el centro urbano hacia los ayuntamientos anexos, un proceso que se remonta a como mínimo la última década del pasado siglo. Con todo, el segundo ayuntamiento que más sumó a su censo fue la capital gallega, que ha comenzado a recuperar vecinos tras el éxodo a su entorno, en especial Ames, el ayuntamiento que más creció durante este siglo, ya por encima de los 30.000 empadronados. En la pandemia no le fue mal y ganó otros 300.

Resumen semanal: domingo 8 de enero

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