“Vigo sigue siendo la ciudad motor del emprendimiento de toda Galicia”, asegura Eduardo Abad, presidente de Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) de España. Los datos sostienen esta afirmación, la ciudad tiene más autónomos que antes de la pandemia, aunque en los últimos dos años el crecimiento se ha ralentizado. Abad destaca que “es la única ciudad de más de 150.000 habitantes que aumenta el número de autónomos en 2023 en Galicia y además arroja muy buenos datos en enero de 2024”. Los trabajadores por cuenta propia son el 94% del tejido productivo de la ciudad y uno de los principales empleadores.
En concreto, Vigo tiene 18.237 autónomos, a fecha de enero de 2024, que es una cifra muy similar a la de enero del año pasado y ligeramente superior a la de enero de 2019 (18.190), justo antes de la pandemia. Por el contrario, Galicia todavía no ha recuperado el nivel de trabajadores por cuenta propia que tenía antes de la pandemia y ha cerrado enero con una cifra de 185.377.
Vigo es la primera ciudad de Galicia no solo en población sino también en autónomos. Le sigue A Coruña, con 15.212 y la tercera es Lugo, con 7.185. También en el entorno de los siete mil están Santiago y Ourense y finalmente hasta los cinco mil desciende Pontevedra y 2.800 la ciudad de Ferrol.
El presidente de UPTA España destaca que Vigo “es la ciudad con diferencia que mejor y que más autónomos está aportando a la economía gallega, no sólo en sectores tradicionales, como hostelería o comercio, que en todos los sitios sufren excepto en Vigo, que no ha perdido en términos totales en 2023, sino que ha ganado”.
Eduardo Abad subraya además que Vigo se está transformando “en ciudad de emprendedores de calidad, personas trabajadoras por cuenta propia que lo hacen en sectores altamente cualificados y no solo del sector servicios, sino de actividades científicas y técnicas, relacionadas con el estudio y la docencia y con profesionales de alta cualificación que prestan servicios a otras empresas, algunas de ellas a cientos o miles de kilómetros".
En este sentido, el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España, apunta que los retos pasan por tres fórmulas: seguir avanzando en desarrollar un auténtico plan de relevo generacional, “puesto que el perfil del autónomo en Vigo es un perfil que tiene unas tasas de envejecimiento importantes, aunque menores del resto de Galicia, el 40% tienen entre 58 y 63 años; en segundo lugar el esfuerzo de divulgación del emprendimiento de calidad en los centros de educación secundaria, sobre todo de las ramas técnicas; y finalmente la digitalización, para tener autónomos en Vigo digitalizados “a la altura de las circunstancias y formado a la hora de proponer ideas de negocio y que todo lo que se fomente sea emprendimiento de calidad”, concluye.
UPTA trabaja ya con el Gobierno de España en el subsidio para autónomos mayores de 52 años, así como programas de competitividad para la digitalización del colectivo; reclaman una fiscalidad acorde al tejido y una reestructuración de la formación del servicio público de empleo.
“El autónomo dedica muchas horas pero lo bueno es la libertad”
Laura González Aguirre lleva 40 años en su tienda de fotografía Magicolor de García Barbón y el día 31 se jubila. Es muy conocida en el barrio porque “de algunas personas hice su bautizo, su comunión y su boda”.
Explica que ser autónoma exige “muchas horas de trabajo y en mi caso mucho reportaje que te ocupa los fines de semana para hacer bodas, comuniones y bautizos”. De todas formas ella también ve un lado bueno: “la libertad de no tener un jefe. El horario lo pones tú”. Aún así considera que “a los autónomos se nos tiene poco considerados, porque aportamos mucho a la sociedad y el retorno no es el mismo”, reflexiona.
En 40 años de actividad ha pasado por muchas situaciones, desde “la crisis, que aquí llegó en 2012 y no había trabajo” a la pandemia, “pero fue muy diferente porque había ayudas. En mi caso estuve cerrada dos meses y medio pero con ingresos, que en la crisis anterior no había”, apunta.
Considera que “Vigo ha tenido un gran auge estos últimos años gracias a Caballero. Hay gente que dice que sólo se beneficia la restauración, pero no es así. Si la sociedad va bien todos trabajamos”.
Su sector, la fotografía, también ha vivido una profunda transformación, antes vendía cámaras y revelaba carretes. “Los mejores años en fotografía fueron del 92 al 98, porque la Expo y las Olimpiadas llegaron hasta Galicia. De hecho yo llevé la antorcha Olímpica en Arcade”, dice orgullosa. “Después empezó el digital, que en dos años se impuso”.
Ahora se dedicará a viajar y a emplear tiempo con sus dos nietos.
