Un referente dentro de la piragua y un ejemplo para la vida misma

La palista guipuzcoana disfruta de la consecución de su medalla de plata en el canal tokiota.

EFE
photo_camera La palista guipuzcoana disfruta de la consecución de su medalla de plata en el canal tokiota. EFE

Ver a Maialen Chourraut en el podio olímpico ha sido como desatar mi parte de fenómeno fan.  Me he alegrado por esa medalla de plata como si la hubiera conseguido algún familiar. Tanto como si me la hubiera colgado yo misma. Es un ejemplo a seguir en todos los sentidos: dentro de la piragüa, por supuesto. Pero más aún, en la vida misma. Conseguir lo que ha conseguido en su carrera, lograr lo que logró ayer. Con su edad y siendo madre. Emocionante. Porque ella demuesta que es capaz de hacer de todo. Y, encima, es capaz de hacerlo bien.

Como kayakista, simplemente es brutal. No hay de donde sacarle fallos. Porque técnicamente tiene un nivel altísimo y su gen competitivo es superior. Pero por encima de todo está su poderío mental. Tiene la cabeza muy bien puesta. Sabe cómo y cuándo tiene que hacer cada cosa. Y eso es fundamental. Es lo que diferencia a las buenas de las mejores.  Y Maialen es de las mejores. Ha tenido sus altibajos, como todas, pero en el momento de la verdad siempre está. ¿Y qué hay más de la verdad que unos Juegos Olímpicos? Pues ella ha sacado una medalla en cada uno de los tres a los que ha asistido. Superior.

Y todo en un canal  duro. El recorrido es difícil, bastante técnico. Ahora se están haciendo muchos canales como este, que se construyó hace dos años expresamente para los Juegos. La moda es que sean de este tipo: con alta complejidad y que el agua no corra mucho. Que sea la palista la que tenga que hacer correr el barco.

Y eso ha supuesto una complicación añadida porque es un canal totalmente diferente al que tenemos en La Seu d'Urgel. Llevo viviendo aquí tres años y en los dos primeros, Maialen era vecina. Coincidíamos en entrenamientos y hasta una vez en el equipo. Es una persona muy humilde. En varias ocasiones me ha dado algún consejo y siempre era accesible. Muy agradable. Porque más allá de la fantástica deportista está una gran persona, enamorada de su hija. Ya la conocí siendo madre  y siempre se llevaba a la niña a las competiciones. No poder tenerla en Tokio ha sido lo peor que le podían hacer. En cada bajada se acordaba de ella y se las dedicaba. Igual que esta medalla.

Y es que son 12 años dando caña a nivel olímpico. Cuando Maialen ganó el bronce en Londres, yo ni siquiera era piragüista. Daba mis primeros pasos sin saber que ella brillaba en la élite de nuestro deporte. De hecho, no oír hablar de una palista que gana una medalla estando embarazada habla a las claras de la repercusión a nivel general que desgraciadamente se le dan a estas cosas. Ahora sale en todas partes, pero después se diluye todo un poco. Pero, igualmente, es muy importante para todos que Maialen tenga tantos éxitos. Nos ayuda a tener más visibilidad, que nos conozca más gente. Sobre todo a las chicas. No solo en el piragüismo, en todo el deporte femenino necesitamos referentes como ella, que abra el camino para que más niñas se animen a remar, más patrocinadores a ayudar y más instituciones a colaborar. A nivel de subvenciones, nos ayuda mucho a todas. Al final, el dinero se mueve por resultados. Y si no entran medallas, no entra liquidez. Por eso, además de una alegría personal, es un beneficio colectivo. Cuando gana Maialen, todas ganamos. 

Te puede interesar
Más en Tokio 2020