Conservo una buena relación con Gustavo Nieves de la época que entrenó conmigo, ya hace mucho, cuando estaba en la categoría promesa de atletismo. Por lo que pude hablar con él, en esta ocasión pudo hacer una buena aclimatación para el maratón paralímpico de mañana (23:50, TVE) tras lo que le pasó en Río, en 2016. En aquella ocasión no llegó tan entrenado en estas condiciones de calor y, además, salió muy rápido. Lo pagó porque iba a mucha velocidad y, con el calor y la humedad que hacían, terminó exhausto y tuvo que retirarse. Creo que aprendió de aquella experiencia y, esta vez, estuvo tiempo adaptándose. Lo que sucede es que, finalmente, la previsión es de unos 23 grados y lluvia, por lo que las condiciones no serán tan extremas como hace una semana, que estaban por encima de 30 grados.
A pesar de que no es una situación ideal para un fondista, sí que puede cambiar algo el plan de carrera. Es un aspecto que debe evaluar Gustavo Nieves, que es un atleta muy disciplinado a la hora de entrenar y cuenta con esa experiencia de los anteriores Juegos. A nivel personal, estuve con él cuando tenía unos veinte años y, en aquel momento, era un deportista que tenía un déficit de trabajo de velocidad y mejoramos mucho este aspecto. Le sirvió para rebajar sus marcas. Era un grupo de entrenamiento pequeño y Gustavo Nieves era muy cumplidor, metódico. Después, se fue a Madrid y ahora se encuentra con un grupo de alto rendimiento, el de Arturo Martín, con el que trabaja muy duro. Incluso pasó por una fractura de estress en el peroné debido a ello. Se recuperó con tiempo.
