Desirée da un salto de diploma

La gondomareña Desirée Vila, en los pasados Juegos de Tokio.
photo_camera La gondomareña Desirée Vila realiza uno de los seis saltos de la final que disputó ayer en el estadio olímpico de Tokio bajo la lluvia.
La gondomareña acabó sexta en el salto de longitud  bajo la lluvia y promete que “a partir de ahora, todo irá mejor”

La sonrisa de Desirée Vila voló ayer 4 metros y 2 centímetros sobre el mojado tapiz y la empapada arena del estadio olímpico de Tokio para acabar en la sexta plaza la prueba de longitud en su categoría T63 de los Juegos Paralímpicos de Tokio. La atleta y exgimnasta gondomareña cumplió uno de los sueños tras reinventar su vida deportiva al tomar parte en una cita de semejante calado y competir de igual  a igual contra saltadoras de mayor experiencia. Las medallas están lejos. Por ahora. Porque París está a la vuelta de la esquina.

Las marcas previas de las 10 competidoras en la final -que aunaba las categorías T61, T63 y T42- ya auguraban que el podio estaba lejos del alcance de Desirée y sus 4.23, su mejor salto de siempre. Y las condiciones meteorológicas no invitaban precisamente al optimismo en cuanto a superar los propios límites, con una lluvia persistente que convertía en peligrosos los apoyos al límite. Con todo, Desirée acabó la primera ronda de saltos, de las seis previstas, en la tercera plaza con un brinco de 3.99. Por delante ya la suiza Elena Kratter, que finalizó bronce, y la australiana doble amputada (T61) Vanessa Low, que acabaría colgándose el oro tras sucesivos récords del mundo.

Al segundo salto, ya se coló la italiana Martina Caironi, finalmente plata, yéndose por encima de los 5 metros.  Desirée se bajaba del podio y en el tercer salto ya se situaba en una sexta plaza de la que no se movería. Su concurso, muy regular: 3.99, 3.83, 4.00, 3.81, 4.02 y 3.59.

Tras hacerse con el diploma paralímpico, la gondomareña se declaraba “contenta”, aunque con matices: “Podía haber salido mejor. Vamos a analizar todo lo que ha pasado. Me  encontré muy bien. No estaba nada nerviosa. Mucho mejor que en los primeros entrenamientos al llegar aquí, en los que me encontré bastante mal”. Vila insiste en que “siempre te queda esa espinita de que podía haberlo hecho mejor. Me habría ido muy contenta si hubiese hecho marca personal, independientemente de la posición. Pero hay que quedarse con lo bueno. Un sexto puesto en tus primeros Juegos Paralímpicos está bastante bien y todo  lo que vendrá va a ser mucho mejor. Ya mirando hacia el futuro y hacia los próximos Juegos de París”.

Más de 150 gondomareños apoyaron a su vecina, que dará nombre a un pabellón

Desirée Vila nunca salta sola. Su figura inspira a muchas personas al haber asumido como una de sus metas principales dar a conocer el deporte paralímpico y los beneficios que éste genera en las personas que, como ella, sufren algún tipo de dicapacidad física. La atleta valmiñorana mueve, no conmueve. Y, sobre todo, lo hace con sus vecinos más cercanos, los de Gondomar, que ayer salieron a la calle para seguir en directo la competición de Tokio.

Más de 150 personas se reunieron en la Praza Paradela a los pies de una pantalla gigante y bajo una colorida carpa para animar desde la distancia a Desirée. La retransimisión prometió buenos ratos de inicio, mostrando en directo el primero de los intentos de la gondomareña, con el que se situó en la tercera plaza tras la primera ronda. Pero  la realización pasó a centrarse en las carreras y dejó de lado los concursos, entre ellos el de la gondomareña.

Hubo entonces que confiar en las palabras de los comentaristas, que tuvieron un recuerdo para los reunidos alrededor de Desirée en Gondomar, y echar mano de los dispositivos electrónicos para seguir la competición un tanto a ciegas. Pese a todo, no decayó el ánimo de los presentes, encabezados por la propia familia de la atleta. La televisión permitió seguir, aunque fuese en diferido, otro de los intentos de la ídolo local, que acabó despetando aplausos y halagos de los presentes.

Gondomar no pudo, por el momento, disfrutar de una medalla de Desirée. Pero sí sentirse orgulloso de un sexto puesto y, sobre todo, de una historia de superación inspiradora a la que todavía le restan muchos capítulos. El más cercano, en la madrugada del viernes al sábado con las semifinales de 100 metros en las que tiene previsto participar la ex gimnasta. De hecho, si llega a la final del sábado a las 14:26, el Concello promete volver a reunir a los vecinos en torno a la pantalla gigante.

Francisco Ferreira, alcalde de la localidad, apuntó tras la final que Desirée “es la mejor embajadora que tenemos. Reúne todas las condiciones, como persona, como deportista y como ejemplo a seguir. La queremos mucho y deseamos tener un reconocimiento. Vamos a proponer que el pabellón de Donas lleve su nombre. Es encantadora. Se merece todo. Una muestra de ello es la presencia del pueblo hoy aquí. Nos da igual el resultado, ya es nuestra campeona”.

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