ATLETISMO

Adiaratou suma una plata

La lucense Adiaratou Iglesias luce la medalla de plata que se colgó ayer en los 400 metros T13.
photo_camera La lucense Adiaratou Iglesias luce la medalla de plata que se colgó ayer en los 400 metros T13.
La atleta lucense añadió a su oro en 100 metros una segunda plaza en el 400, en el que hacer su marca personal no le bastó para superar a la azerbayana Lamiya Valiyev

Cuatro días después de alzarse con la victoria en los 100 metros de la clase T13 de discapacitados visuales, la lucense Adiaratou Iglesias volvió a subirse al podio en el Estadio Olímpico de Tokio para colgarse una medalla de plata en la prueba de 400. La velocista nació en Bamako (Malí) en 1999 con albinismo, un trastorno causado por mutaciones en diferentes genes que produce una reducción o ausencia total del pigmento melánico en ojos, piel y pelo y que, en ocasiones, también afecta a la visión, como en su caso, con menos de un 20% de capacidad visual.

La lucense paró el cronómetro de los 400 en 55.53, su mejor marca personal. Sólo fue superada en meta por la azerbaiyana Lamiya Valiyeva, que registró 55.00, nuevo récord paralímpico. El bronce se lo adjudicó la estadounidense Kym Crosby.

Adiaratou Iglesias, debutante en unos Juegos Paralímpicos a sus 22 años, se marcha de Tokio con una medalla de oro y otra de plata . Esta última especialmente meritoria, teniendo en cuenta que apenas lleva unos meses preparando esta distancia.

La lucense confesó que aún no lleva "muy bien" cómo debe ser el ritmo en "una prueba muy complicada" como los 400 metros, en la que llegaba a los Juegos Paralímpicos de Tokio sin tantas expectativas como en los 100, y reconoció que tras ganar la plata y su segunda medalla podrá empezar a "entender" lo que ha hecho en la capital japonesa. "Estoy empezando en el 400 y el ritmo no lo llevo muy bien. En los últimos 80 metros he empezado a sentir el ácido láctico y me pesaba todo el cuerpo y he intentado luchar hasta el final, creo que lo he hecho bastante bien y he llegado con la sensación de haberlo dado todo", señaló Iglesias a los medios de comunicación tras recoger su medalla.

La velocista se tuvo que "tumbar y todo" por el esfuerzo al cruzar la meta. "El 400 es una prueba muy complicada y se necesita más trabajo de distancia, muy larga. Yo no conocía a la azerbaiyana, no sé si es más de 400 o de 200, pero yo soy más de 100 y 200 y este año me he visto en un poco de aprieto para trabajar el 400. Normalmente, lo practico un poco pero hace falta más competición, el trabajo del ácido láctico. En el 400 venía a ver lo que pasaba. Estoy supercontenta", comentó.

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