Telegram asegura que el derecho a la privacidad de sus usuarios es "sagrado"

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El fundador y director ejecutivo de Telegram, Pavel Durov, ha defendido el derecho a la privacidad de los usuarios de la aplicación de mensajería en un breve manifiesto escrito con motivo de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Telegram tiene amplia implantación en Rusia y Ucrania, y el origen ruso de su fundador ha hecho que algunos usuarios se cuestionen si esta aplicación en menos segura para los ucranianos, hecho que Durov ha negado en su canal.

En un breve manifiesto, Durov ha compartido su ascendencia ucraniana por parte de madre y ha resumido su relación con las autoridades rusas desde la red social VK, también popular en ambos países.

En 2013, una petición de información sobre usuarios ucranianos contrarios a un presidente prorruso terminó con el empresario perdiendo su casa, su empresa y abandonando su país de origen por negarse a su cumplimiento.

Si sigues mis publicaciones, sabrás que, por parte de mi madre,  tengo línea familiar desde Kiev. Su apellido de soltera es ucraniano (Ivanenko), y hasta el día de hoy tenemos muchos parientes viviendo en Ucrania. Por eso este trágico conflicto es personal tanto para mí como para Telegram.
   
Algunas personas se preguntaron si Telegram es de alguna manera menos seguro para los ucranianos, porque una vez viví en Rusia. Permítanme contarles a estas personas cómo terminó mi carrera en Rusia.
   
Hace nueve años yo era el CEO de VK, que era la red social más grande de Rusia y Ucrania. En 2013, la agencia de seguridad rusa, FSB, me exigió que les proporcionara los datos privados de los usuarios ucranianos de VK que protestaban contra un presidente prorruso.
  
Me negué a cumplir con estas demandas, porque habría significado una traición a nuestros usuarios ucranianos. Después de eso, me despidieron de la empresa que fundé y me obligaron a abandonar Rusia.
  
Perdí mi empresa y mi hogar, pero lo volvería a hacer, sin dudarlo. Sonrío con orgullo cuando leo mi publicación de VK  de abril de 2014, que muestra las órdenes escaneadas del FSB y mi respuesta característica: un perro con una sudadera con capucha.
  
Cuando desafié sus demandas, había mucho en juego para mí personalmente. Todavía vivía en Rusia, y mi equipo y mi antigua empresa también tenían su sede en ese país.
  
Han pasado muchos años desde entonces. Muchas cosas cambiaron: ya no vivo en Rusia, ya no tengo empresas ni empleados allí. Pero una cosa sigue siendo la misma: defiendo a nuestros usuarios pase lo que pase. Su derecho a la privacidad es sagrado. Ahora mas que nunca.

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