Más adictos a golpe de click

Una persona revisando en su teléfono móvil el tiempo que dedica a las redes sociales.
photo_camera Una persona revisando en su teléfono móvil el tiempo que dedica a las redes sociales.
El uso compulsivo de internet entre los más jóvenes a día de hoy se suma a otras drogas más convencionales generando un aumento exponencial de adolescentes poliadictos, un patrón social cada vez más común que preocupa a los expertos

Que las  tecnologías han venido para quedarse no es ninguna novedad. Cada mañana cogemos el móvil y revisamos los últimos mensajes que hemos recibido o comprobamos si tenemos alguna llamada de trabajo casi con total seguridad. En el caso de los adolescentes se ha convertido en una de las principales fuentes de comunicación y de entretenimiento en su día a día, por eso no es de extrañar que el uso compulsivo de internet haya aumentado en 2021 (23,5% frente al 20% en 2020) en personas de 14 a 18 años, según la encuesta Estudes. 

El psicólogo experto en drogodependencias y técnico de prevención en conductas adictivas en jóvenes, Manuel Isorna, observa un aumento exponencial de adolescentes poliadictos. “Lo más habitual hoy en día es que sean adictos al alcohol, al tabaco y al cannabis junto a las redes y a internet. Son patrones a nivel terapéutico muy preocupantes y que suelen ir de la mano”, explica el experto en drogodepencias. La excesiva normalización de estas prácticas genera que aproximadamente el 33% de los adolescentes tenga serios problemas de adicción, ocasionando graves alteraciones en su desarrollo personal a largo plazo. “Estas adicciones son un lobo con piel de cordero”, asegura.

 

“PESCAR” A POTENCIALES ADICTOS

Una de las formas más comunes, y a priori inofensivas, de captar posibles adictos es el fishing, una técnica que consiste en “pescar” a potenciales clientes a través de reclamos que resultan atractivos para el consumidor y que le invitan a probar nuevas cosas. Una herramienta que ha ganado peso con las nuevas tecnologías. Es el caso de la oniomanía, es decir, la compra compulsiva sin necesidad de nada. “La compra por internet nos facilita aún más el consumo y nos incita a suplir sensaciones de malestar porque al comprar liberamos dopamina, nos sentimos mejor y generamos un círculo vicioso”, dice Manuel Isorna. “Los adolescentes, con menor capacidad crítica, caen con mayor facilidad”, defiende.

Desde la Unidad de Conductas Adictivas de Galicia se da cobertura a los pacientes, familias y profesionales del sector para asumir casos de adicción a través de un tratamiento psicológico acompañado de uno farmacológico, en algunos casos. Sin embargo,  “la pandemia ha dificultado en gran medida la asistencia a este tipo de patologías porque Atención Primaria se ha saturado a raíz del covid-19”, explica Gerardo Flórez, que está al frente de la Unidad de Conductas Adictivas del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense

Desde los centros privados, los especialistas proponen psicoterarpias colectivas para encontrar referentes en otras personas y no sentirse estigmatizados. “La adicción es una enfermedad con la que se nace, es como ser diabético. Tienes una predisposición a ello, de forma que la primera vez que tienes contacto con ciertas sustancias tu cerebro genera grandes niveles de dopamina. No saben decir que no ni controlar sus impulsos”, afirma la psicóloga especialista en adicciones Laura Tomé. “Los videojuegos y las redes son una vía más que por el momento está mejor vista, pero genera una adicción igual que otras drogas al uso”, sostiene. Según la psicóloga, el proceso de recuperación, sin diferenciar el tipo de conducta o sustancia adictiva, suele llevar entre 2 y 5 años por persona. “La gente se asusta, pero resetear un cerebro no es tan fácil”, argumenta la experta.

 

Las redes generan graves problemas de autoimagen

El consumo de drogas (especialmente el alcohol y el tabaco) sigue siendo más frecuente en hombres que en mujeres, salvo en el caso de ansiolíticos o tranquilizantes. El responsable de la Unidad de Conductas Adictivas en Galicia, Gerardo Flórez, señala como causa principal de estas diferencias un factor social por el que argumenta que las mujeres tienden a abusar de fármacos relacionados con patologías como la depresión o la ansiedad debido a la gran presión que la industria del marketing y la sociedad ejerce sobre ellas, derivando en problemas de autominagen y trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Sin embargo, las diferencias por sexo son cada vez más reducidas. El experto Manuel Isorna señala que “muchas adolescentes terminan teniendo una mala imagen de su cuerpo por compararlo con otros que cumplen la normatividad a través de las redes sociales”, con lo que observa que, además, “es más probable que terminen siendo adictas a otras drogas como el alcohol o el tabaco porque se presentan como un refugio”. De esta forma, el psicólogo no solo destaca las teconologías como una de las adicciones en auge en la actualidad, sino como una vía que puede llegar a potenciar otras patologías.

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