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Una noche en el desierto

Ricardo Ramilo comenzó la etapa a orillas del Mar Rojo y admirando un bello paisaje.
photo_camera Ricardo Ramilo comenzó la etapa a orillas del Mar Rojo y admirando un bello paisaje.
Ricardo Ramilo abandonó en la categoría principal y hoy retoma el Dakar en la Experience

El Dakar puro y duro en Arabia Saudí. El vigués Ricardo Ramilo abandonó en la madrugada del martes al miércoles el rally tras pasar la noche en el desierto hasta que llegó el camión de asistencia y lo remolcó hasta el final de etapa. La intención del piloto era reparar el buggy y continuar pero, debido a los daños en el coche, tuvo que optar por el abandono. Se quedó a cuatro etapas de terminar el evento, pero continuará hasta el final porque se reenganchará, a partir de hoy, en la categoría Experience, que es un formato de consolación para pilotos más modestos. Permite, una vez retirados, seguir en el evento. 

"Hoy el Dakar nos ha mostrado su cara más dura. Esa que le hace ser el rally más duro del mundo. Nos ventiló tres ruedas, la transmisión y, al final, dos palieres. Hemos tenido que dejar la etapa a 120 kilómetros de la meta. No es un plato de gusto, pero habrá que aceptar la derrota con deportividad", explicaba en la madrugada Ricardo Ramilo cuando llegó al parque de asistencia ubicado en la localidad de Neom. De los 465 kilómetros de etapa, completó dos tercios antes de tener que parar. 

En todo caso, la jornada para Ricardo Ramilo y su copiloto, Xavi Blanco, se convirtió en una auténtica aventura del puro Dakar. El día, con una etapa circular en Neom de gran kilómetraje, comenzó a orillas del Mar Rojo en un paraje de gran belleza. Después, se complicó con el difícil trazado por el desierto. Se hizo la noche tras pinchar ruedas y romper la transmisión hasta el punto de que Ramilo y Blanco, a la espera de la asistencia en el desierto, realizaron una hoguera mientras aguardaban por la ayuda. 

Dos amigos árabes

Y, en medio de esta situación, Ricardo Ramilo y su copiloto encontraron una ayuda inesperada en los dos hermanos Mohamed y Abdulá. "Nos ofrecieron una chilaba para cada uno y una manta. Y no es que nos la presten, es que nos la regalan directamente", relataba el piloto vigués. De esta forma, añadió que "nos llega una imagen a España que es muy diferente a la realidad de la gente árabe. Nos dieron comida y ropa, todo lo que nos hizo falta". 
En medio del desierto y a bajas temperaturas, Ramilo encontró una ayuda completamente inesperada en un lugar en el que parecía no existir más que arena, piedras y algún arbusto. Es una de esas pequeñas historias que viven los participantes más humildes del Dakar que, en el presente año, se disputa en Arabia Saudí. En el momento de la colaboración de los hermanos, Ricardo Ramilo todavía contaba con poder reparar su buggy y completar la etapa para poder salir en la siguiente. No obstante, no pudo hacerlo porque el coche se encontraba muy deteriorado e intentarlo, sin una actuación completa en el vehículo, conllevaría retirarse con toda seguridad a los pocos kilómetros. 
De esta forma, el vigués, que mejoró su rendimiento con el paso de los días, no finaliza la prueba dentro de su categoría de vehículos ligeros. Eso sí, podrá presumir de completar 8 etapas y, tras el descanso de hoy, cubrirá las dos últimas. Un poco más de experiencia para Ricardo Ramilo.n

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