Un tramo de uno de los dos carriles de la A-55 en dirección Vigo se tuvo que cortar para limpiar el aceite y evitar accidentes
La lluvia y el aceite son una mala combinación a la hora de circular por carretera. La precaución al conducir por la A-55, autovía que conecta O Porriño y Vigo, se tuvo que extremar este jueves por la mañana.
A la esperada lluvia para esta jornada se sumó un derrame de aceite con el que no contaban los conductores. En concreto, se registró en el entorno del centro comercial Meixoeiro y provocó retenciones en la vía.
La Guardia Civil cortó un tramo de uno de los dos carriles en dirección Vigo para limpiar la mancha y evitar accidentes. A través de los paneles se informaba a los conductores con antelación para que moderaran la velocidad y tuvieran paciencia.