Los futbolistas polivalentes ganan enteros con Claudio Giráldez

El canterano Hugo Álvarez conduce el balón durante el partido del pasado viernes ante el Betis en el estadio Benito Villamarín
photo_camera El canterano Hugo Álvarez conduce el balón durante el partido del pasado viernes ante el Betis en el estadio Benito Villamarín
La mayoría de los célticos en retaguardia y alguno de vanguardia varían su posición y dan riqueza táctica al Celta

A Claudio Giráldez, entrenador del Celta, le gustan los futbolistas polivalentes. Es decir, aquellos capaces de amoldarse a diferentes posiciones en el campo tanto de salida como durante los partidos. Y esa capacidad la ha utilizado ya incluso con proliferación en las tres jornadas en las que ha dirigido al primer equipo, haciendo honor a una riqueza táctica poco habitual en un técnico que asume un banquillo con sólo diez partidos por delante. Eso sí, favorecido en parte por los dos recientes parones competitivos que le han permitido trabajar con mucho tiempo los duelos ante Rayo Vallecano y Betis. Ahora, los tiempos se ajustarán más de aquí a final de Liga, ya sin paréntesis sin competición.

Sin duda, disponer de futbolistas camaleónicos en la posición permite más movimientos tácticos grupales. En el sistema de Claudio Giráldez, esa virtud polifacética se está centrando, hasta la fecha, en la línea defensiva y en el centro del campo, aunque con algún detalle arriba también. Poniendo nombres propios, casi todos los defensas empleados se han manejado en un par de puestos. Así lo han hecho, por ejemplo, Javier Manquillo y Óscar Mingueza, que ante el Betis intercambiaron los papeles que habían asumido ante el Sevilla, ejerciendo ambos entre esos dos encuentros tanto de central diestro en la línea de tres como de carrilero. En ese trabajo en bandas, resalta el canterano Hugo Álvarez, un fijo hasta la fecha para el técnico precisamente por su versatilidad pero que ya ha ocupando tanto la izquierda -Sevilla y Betis- como la derecha -Rayo-. Entre los defensas, también Unai Núñez se ha movido entre el centro y la izquierda en la línea de tres centrales, aunque en este caso de manera más circunstancial por los problemas físicos con los que terminó el duelo en el Villamarín Carlos Domínguez.

Otros dos claros exponentes de capacidad de adaptación, los mayores junto al mentado Hugo Álvarez hasta la fecha en la todavía breve regencia de Claudio, son Renato Tapia y Jailson Marques. En ambos casos, han ejercido ya de centrocampistas y en la línea de tres centrales, incluso variando disposición dentro de esta última en el caso del brasileño. El peruano apenas ha tenido 45 minutos desde el cambio de entrenador, pero le han llegado para jugar en esas dos líneas; su compañero de demarcación salió desde el banquillo en los dos primeros encuentros, ante el Betis para ejercer de central por la izquierda y ante el Rayo para hacerlo brevemente de mediocentro y más de libre. Su rendimiento en esa demarcación le abrió las puertas a la titularidad en el Villamarín repitiendo en ese centro de la retaguardia.

En cuanto a los atacantes, la movilidad se ha dado más en los refuerzos llegados desde el banquillo, aunque en puridad Jonathan Bamba y Iago Aspas sí que han asumido matices: el costamarfileño haciendo de centrocampista por la izquierda o por esa misma banda en la línea de tres y el moañés haciendo de diestro en el trío o de segunda punta. Con todo, más contundentes fueron las variaciones de Carles Pérez y Franco Cervi, haciendo de carrileros o jugando más adelantados.

“Bendito problema tener que hacer descartes”

Claudio Giráldez va viviendo, semana a semana, nuevas situaciones profesionales en la élite. Lógico, dado su muy reciente aterrizaje. Y en la actual, salvo sorpresa o desgracia, le tocará tomar la decisión de a qué jugadores dejar fuera de la convocatoria estando plenamente a su disposición. El pasado jueves, no convocó a Luca de la Torre y Carlos Dotor porque acababan de recibir el alta, pero el próximo viernes ya estarán disponibles. Y, probablemente, también Renato Tapia.

Con todo, para el porriñés no supone una presión extra tal circunstancia, según explicó en su última comparecencia pública en Mos. “Es habitual en los entrenadores que tengamos que tomar esas decisiones: dejar a alguien fuera de la convocatoria o dejar a alguien fuera de la alineación. Forma parte de nuestro trabajo”, asume con la misma naturalidad con la que actuaba en el filial en tal tesitura, aunque admite que no es plato de buen gusto. “Es lo menos agradable de nuestra labor pero lo tenemos que hacer y lo hacemos con normalidad”, sostiene.

A la espera de lo que suceda esta semana, Claudio Giráldez asume que más pronto que tarde tendrá que dejar en la grada a algunos futbolistas. “Cuando haya que hacerlo, lo haremos porque forma parte de nuestro trabajo”, reitera. Y es consciente de que la medida no sólo afecta a los jugadores con ficha del primer equipo, sino también a los conjuntos de la cantera que vienen por detrás: “Aparte de jugadores propios del primer equipo, tenemos a los del B, que también lo hacen bien y ya se están quedando fuera”.

Como colofón, reitera que para él como entrenador no supone un disgusto tener muchas opciones entre las que elegir, sino todo lo contrario. “Manejo muchos jugadores y es un bendito problema. Tenemos mucho jugador sano, disponible, y con el nivel para poder jugar en un partido de Primera División”, celebra.

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