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Portugal retiene un barco vigués que se refugió del temporal

Javier e Iván, en el velero que permanecía ayer retenido en el puerto portugués de Figueira da Foz.
photo_camera Javier e Iván, en el velero que permanecía ayer retenido en el puerto portugués de Figueira da Foz.

Portugal retiene a un velero vigués que se refugió del temporal en Figueira da Foz y la Policía le impone fuerte una sanción por entrar en un puerto cerrado PÁG. 9

 Los vigueses Javier Montenegro e Iván Arijon lanzaban ayer por la tarde un SOS desde su velero amarrado en el puerto luso de Figueira da Foz donde se encontraban retenidos. Habían partido el pasado 12 de enero de Denia con un velero adquirido allí para trasladarlo a Vigo pero muy cerca de la costa gallega les pilló  la previsión de temporal y uno de los timones se había averiado con lo que decidieron buscar cobijo.
 Al llegar a puerto, la Policía marítima les informó de que debían pagar 1.100 euros de multa si no recurrían o un depósito bancario de 3.000 en caso de recurrir  posteriormente para poder salir del país , una sanción, que según explicó Montenegro, se debía al hecho de haber atracado en un puerto cerrado. Al no poder  hacer frente a un pago que ambos consideraban injusto al entender que buscaron cobijo ante las circunstancias en las que se encontraban, se les anunció que el barco y sus tripulantes quedaban retenidos.
Los dos vigueses, con amplia experiencia en navegación, solicitaron ayuda al Consulado español así como a Portos de Galicia mientras hacían un llamamiento a través de las redes sociales. Su intención era además acudir al juzgado en Oporto para  solicitar una defensa.
Además de contar con un timón en mal estado,  uno de los dos tripulantes se encontraba indispuesto. La Policía marítima les informó de que la barrera  estaba bajada a causa de las malas condiciones meteorológicas.

“Echarnos al temporal habría sido la muerte, te tienen que dar cobijo”

 Javier Montenegro relataba ayer por teléfono a este periódico la odisea que él y su compañero estaban viviendo en Portugal. “Echarnos al temporal hubiera sido la muerte”, explicaba mientras se mostraba indignado “porque haya un puerto que no te dé cobijo. Llevo quince años navegando, estoy prácticamente todo el año en el agua, y jamás me pasó nada parecido. Las reglas de navegación obligan a dar refugio a un barco cuando tiene problemas y entiendo que el puerto esté cerrado por el temporal pero para salir, no para entrar”.
Montenegro relató cómo al verse con un timón averiado, su compañero encontrarse mal y la previsión del tiempo decidió contactar con radio, “pero no hubo respuesta, después nos encontramos con un barco de salvamento que nos siguió hasta puerto. Fue cuando llegó la policía marítima cuando nos quedamos perplejos”. Ayer, esperaban poder obtener una solución del consulado para poder abandonar Portugal.n

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