MIQUEL PLANAS OLIVER Científico del CSIC líder del documental de los Signátidos

“Los caballitos de mar tienen gancho para el público, el documental habla de protegerlos”

Miquel Planas, en el centro, con científicos del CSIC en Vigo.
photo_camera Miquel Planas, en el centro, con científicos del CSIC en Vigo.

El documental “SyngDoc: El desconodido mundo de los Signátidos” dura 45 minutos, fue realizado por la productora viguesa Inxenia Audiovisual y está disponible en castellano, gallego e inglés, además de contar con versión subtitulada y adaptada para discapacitados. Fue financiado por el CSIC y por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
 

 El Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC) recibirá hoy un premio en el Ciclo Internacional de Cine Sumarino de Donostia con un documental sobre caballitos de mar, peces pipa y dragones de mar. Es el segundo premio en la categoría de documentales de larga duración y lo recogerá el coordinador del proyecto, Miquel Planas Oliver. Se titula “SyngDoc: El desconocido mundo de los Signátidos” y, tras su paso por San Sebastián, se proyectará el próximo 24 de noviembre en la XXVII Semana de Cine Submarino Universidade de Vigo y también será protagonista de la Semana de la Ciencia del CSIC con proyecciones en la semana del 27 de noviembre en las instalaciones de Bouzas. A ello se une la difusión en varios canales de televisión y a partir de finales de año en la red y Youtube.


¿Qué cuentan en el documental?
Se centra en peces de la familia de los signátidos, los más conocidos son los caballitos de mar y los peces pipa. Los elegimos porque son los peces con los que trabajamos en nuestra línea de investigación y porque tienen mucho gancho para el público por su atractivo. Trabajamos fundamentalmente con imágenes de la costa de Galicia, de inmersiones que nosotros hemos realizado, y con imágenes obtenidas en nuestras instalaciones de cría en cautividad de caballitos de mar y peces pipa. También tenemos aportaciones del Mediterráneo, en concreto del archipiélago de Cabrera, de la zona del Indo-Pacífico (Nueva Zelanda y Australia) con especies que aquí no existen como los dragones de mar, e imágenes de investigadores de Eslovenia que trabajaron en una parte del documental sobre fósiles de estas especies.


¿Qué papel juegan esas especies en la biodiversidad?
Son especies que tienen problemas, no diría de extinción, pero sí de disminución de sus poblaciones naturales porque en la mayoría de los casos necesitan para vivir las praderas fanerógamas marinas. El desarrollo y la actividad antropogénica están destruyendo muchas zonas donde existen esas comunidades vegetales, lo cual supone para especies que no pueden desplazarse grandes distancias que al destruir su “casa” no tienen muchas alternativas donde mudarse y hacer nuevas poblaciones. 


¿Ofrecen alguna recomendación en el documental?
Se abordan distintos aspectos. Uno fundamental es que el que lo vaya a ver salga diciendo ‘cuantas cosas he aprendido que no sabía’. Detrás del caballito de mar y sus parientes cercanos hay mucha ciencia anecdótica. Es la primera aportación, si conoces algo mejor tienes más posibilidades de quererlo. Hablamos de los problemas que supone destruir esas comunidades vegetales en nuestros ecosistemas, de los problemas del tráfico ilegal y lanzamos el mensaje de que tenemos que protegerlos porque no todo el mundo sabe que muchas de estas especies está protegidas.


¿Cuál es el destino del tráfico ilegal de estas especies?
A escala mundial hay un tráfico ilegal que va sobre todo para la producción de polvo de caballitos de mar que se usa en la medicina tradicional china, un país que también los usa en su gastronomía. La cantidad de caballitos de mar que se utilizan anualmente para la medicina tradicional china está en 60 millones de ejemplares.  Eso no ocurre en nuestras latitudes, aunque recientemente se aprehendieron en Cádiz y Málaga cientos de ejemplares capturados en el sur de España y probablemente de Portugal, y detrás de ese comercio había ciudadanos de origen chino. Luego hay algunos casos de acuariofilia, pero es difícil que entre en el mercado global porque está el organismo internacional que controla el comercio de especies protegidas. Esto no ocurren aquí, aunque sigue habiendo quien los coge ilegalmente para ponerlos en casa o para hacerse un llavero.


¿Para qué iniciaron la cría en cautividad del cabalito de mar?
Fue una línea pionera en Europa, fuimos los primeros que logramos reproducir en cautividad una de las especies (Hippocampus guttulatus) en 2006. El objetivo es doble. Puedes utilizarlos para recuperar poblaciones salvajes y es interesante para la acuariofilia legal. Son ejemplares que pueden costar 60 o 70 euros y por ahora es una actividad económica en el caso de los caballitos de mar que está poco extendida. Nosotros  vendimos la técnica de cría a finales del año pasado a una empresa catalana y en Navidades podrían vender ya los primeros ejemplares.
 

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