Rusia no cree los argumentos de EEUU y envía un buque de apoyo a la zona para recabar información

El conflicto sirio desempolva los fantasmas de la guerra fría

El portaaviones de propulsión nuclear 'Nimitz', que se desplazó a la zona del conflicto.
Los tambores de guerra vuelven a desatar el estruendo político en torno al conflicto en Siria por el controvertido uso de armas químicas contra civiles en los suburbios de Damasco que, en medio del desconcierto originado por la espantada británica, forzó a potencias y vecinos a mover sus peones.
El Gobierno sirio pidió por carta a la ONU que asuma su responsabilidad para impedir un ataque e impulsar una solución política, según la agencia oficial Sana. Por el contrario, según dirigentes de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza opositora, la Liga Árabe debía haber pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que castigase al régimen por el uso de armas químicas. Sin embargo, los jefes de la diplomacia árabe no hicieron alusión a la intervención reclamada por Estados Unidos y evidenciaron sus diferencias, con Arabia Saudí a favor y Egipto en contra.

Su secretario general, Nabil al Arabi, dijo ayer que 'cualquier acto para afrontar o castigar el régimen sirio se debe producir en el marco de los acuerdos de la ONU' y, 'si alguien utiliza la fuerza militar fuera de la legitimidad, lo hará de manera unilateral'.

Tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de una consulta al Congreso sobre represalias militares contra el régimen de Bachar al Asad, el escenario mundial recuperó el viejo enfrentamiento dialéctico de la guerra fría. Ese que mencionó el mandatario estadounidense cuando canceló la reunión que tenía previsto celebrar esta semana en Moscú con el presidente ruso, después de que diese asilo al extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad Edward Snowden. Para tratar de evitar el fiasco de sus aliados británicos, Obama recibirá en la Casa Blanca al senador republicano John McCain, con el que trata de ganar adeptos en un dividido Congreso, parte del cual exige pronunciarse sobre la intervención.


POSTURA RUSA

No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó ayer que la invitación a Obama para que visite Rusia sigue en pie. Pese a estas palabras, Lavrov, advirtió también de que un ataque contra Siria aplazaría casi indefinidamente una nueva conferencia de paz como Ginebra-2.

De todos modos, ambos mandatarios se verán el jueves y viernes en la cumbre del G20 (Grupo de Países desarrollados y emergentes) en San Petersburgo. En este escenario de confrontación política y a la espera de la intervención en Siria, Rusia anunció ayer el envío del 'Priazóvie', un buque de guerra, a las costas de Damasco para recabar información al tiempo que desechaba las pruebas de EEUU.

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, descartó por su parte que la OTAN asuma un papel 'adicional' ni 'un papel militar' en Siria pero insistió en que los ataques con armas químicas 'no se pueden ignorar' e insistió en que la comunidad internacional debe dar 'una respuesta firme' a los mismos. Por su parte, la Unión Europea reiteró ayer una vez más su apuesta por una 'solución política' en Siria.

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