El animal lo embistió por la espalda cuando la víctima comprobaba si estaba ya muerto
Antonio González Barrio, de 59 años, natural de Ponte Ulla (A Coruña) y vecino de Verín (Ourense), localidad en la que prestaba sus servicios como agente de la Policía Nacional -en el departamento de Extranjería-, falleció ayer pasadas las doce del mediodía víctima de las lesiones que el ataque de un jabalí le produjo tras embestirle por detrás en una cacería.
Fue el trágico balance del primer día de caza en los montes que separan las localidades de Carraxo y Soutelo Verde -ambas dentro del término municipal de Laza-. González Barrio, experimentado cazador con más de 30 años disfrutando de una de sus pasiones, participaba al igual que otros 18 compañeros en una batida en Ribeira de Soutelo, concretamente en el paraje conocido como "O Pianco". Poco antes del mediodía, uno de los ejemplares que ya con anterioridad había sido malherido, intentaba protegerse de los disparos de los cazadores. El animal se dirigía, a punto de desfallecer, monte a través, hacia el puesto de caza que ocupaba González Barrio.
Según relatan sus propios compañeros, "ya antes ese mismo animal había intentando atacar, también herido, a otro de los cazadores -Luis-, pero los perros abortaron sus intenciones". Fue entonces cuando el policía disparó al jabalí -según el relato de algunos de los participantes en la batida- y éste cayó al suelo.
El fallecido -"un hombre extremadamente profesional y muy prudente", señalan en el Tecor Societario al que pertenecía- "debió acercarse para comprobar que la pieza había realmente muerto, porque si tuviese la más mínima duda de que seguía viva no se hubiese acercado ya que era perfectamente conocedor de lo peligrosos que pueden llegar a ser si están heridos", indica su compañero y amigo Florencio Blanco Conde.
GRAVES LESIONES
Fue entonces cuando el jabalí, agazapado y moribundo, "debió esperar a que Antonio pasase por delante y le abordó por detrás causándole severos daños", intuye que pudo haber sucedido Blanco Conde, presidente desde hace 40 años de la sociedad de cazadores a la que también pertenecía la víctima.
Las lesiones que le produjo la embestida fueron de tal magnitud que Antonio González pereció desangrado a los pocos minutos de ser agredido por el animal. El jabalí solamente ataca si "se ve malherido o si alguien se le cruza por el pasaje que ellos tienen establecido cuando regresan de alimentarse. Pero dispone de unos colmillos que son como navajas", apuntaba uno de los cazadores. Por la emisora que portaba, como el resto de participantes en la batida, sólo pudo oírse: "Atacoume o xabalí!". Instantes después falleció, antes de que sus compañeros -situados a pocos metros de donde estaba Antonio González- pudieran prestarle el más mínimo auxilio.
Pese a todo, y aunque los servicios de emergencia tardaron escasos minutos en acceder al lugar -participaron en el auxilio los miembros de la brigada de emergencias de Protección Civil de Laza, así como varias dotaciones de la Guardia Civil llegadas desde Vilar de Barrio e incluso Trasmiras-, nada pudieron hacer por salvarle la vida. Cuando llegaron al lugar, pese a que se intentaron las maniobras de reanimación, el cazador había perdido tanta sangre -la embestida le desgarró, además de tejido muscular, la arteria femoral- que su estado era ya incompatible con la vida.
Hasta la zona también se desplazó el helicóptero medicalizado del 112 con base en Ourense, aunque su traslado a las instalaciones del CHUO se realizó con posterioridad, una vez certificado el fallecimiento y para la posterior realización de la autopsia.
