Ronaldo amarga el estreno de España

El céltico Iago Aspas, ayer, en su debut en el Mundial de Rusia, ante el portugués Fonte, durante el primer partido de España, en Sochi.
photo_camera El céltico Iago Aspas, ayer, en su debut en el Mundial de Rusia, ante el portugués Fonte, durante el primer partido de España, en Sochi.

Tres goles del jugador madridista dieron el empate a Portugal ante una selección española en la que destacó                                           Diego Costa con otros dos tantos

Tres goles de Cristiano Ronaldo, el último de falta directa a tres minutos del final, frustraron el ejercicio de carácter, determinación y remontada de España, que resurgió hasta dos veces contra el actual campeón de Europa y contra sí misma, pero que recibió el 3-3 cuando ya sentía suyo el triunfo.
Por eso, el empate le supo a derrota, porque desde su fútbol y desde una versión convincente había sido capaz de levantar un partido que perdía en dos ocasiones, primero por 1-0 en el minuto 2 y después por 2-1 al borde del descanso en un fallo inconcebible de De Gea, pero sobre todo porque quizá mereció más que un solo punto.
Todo eso, además, después de tres días de tanta agitación, del inesperado cambio de seleccionador, de una crisis y una vorágine de 20 horas entre el martes y el miércoles que desenfocó el partido e incluso, ya ayer, con un penalti en contra de inmediato, con el veloz 1-0 en el minuto 2, con el del 2-1 al borde del descanso...
Una serie de golpes inasumibles para muchos, más aún dentro de todas esas circunstancias, pero no para el grupo del debutante Fernando Hierro, que se repuso al 1-0 y al 2-1 con la decisión de una selección que se siente capaz de lo máximo, que sorteó cada inconveniente que se encontró ayer menos el último: el 3-3.
No le asustó de principio el 1-0 en contra, en un penalti de Nacho sobre Cristiano, que él mismo transformó, ni tampoco la puesta en escena trepidante de Portugal, lanzada al contragolpe, del que no sacó provecho Gonçalo Guedes, primero porque le faltó valentía para medir a Sergio Ramos y después porque no tuvo nada de precisión.
Del mal rato surgió la selección española contestataria desde la pelota, desde el movimiento paciente de su mejor virtud, y rearmada con el 1-1 de Diego Costa, una jugada que representa milímetro a milímetro al atacante.
No había entrado mucho en juego hasta entonces. Un lío con la pelota al principio, alguna apertura a la banda, un remate alto... Hasta que un balón largo, de esos que tanto le gustan, al choque con Pepe, le dio la posesión. Se revolvió ante un par de defensas, para un lado, para el otro, encontró el hueco, disparó y empató (1-1).
Era el minuto 24 dentro de un partido que ya sí era de España, por ritmo, por juego, por ocasiones. Apagado entonces Cristiano y, por extensión, el ataque de Portugal, la selección española disfrutó con una versión muy reconocible, con un trallazo de Isco al larguero –botó después en la línea–, con remates de Jordi Alba e Iniesta... Todo apuntaba al 1-2 para España al borde del descanso. Y fue todo lo contrario, indiscutiblemente más por demérito de De Gea, incapaz de agarrar un balón fácil, raso, a sus manos, mal puestas y directas a su propia portería, que por mérito de Cristiano, que encontró un gol en un tiro del que nunca intuyó tal recompensa.
Otro palo para España, camino del vestuario de nuevo incrédulo ante un gol inimaginable en un guardameta de tal nivel, de nuevo ante otra competición contra sí mismo, consciente de que el marcador era adverso por dos situaciones más que evitables, por sus errores, por dos regalos, no por los aciertos rivales ni de Cristiano, por otra parte un líder evidente que necesita Portugal en cada segundo. También era otra prueba de fortaleza mental para España, de la que resurgió de nuevo, primero con el 2-2, otra vez de Diego Costa, atento para remachar a la red un toque de cabeza de Sergio Busquets en una acción a balón parado botada por David Silva, y después, sin apenas pausa, con el 2-3, un golazo imparable de volea de Nacho.
Tan imparable como lo fue la reacción del equipo, que puso bajo su control el partido un rato, con la certeza que le aportó y le aporta siempre la posesión de la pelota, pero con el riesgo de una falta al borde del área a tres minutos del final. Ahí tomó carrera Cristiano para el empate, un derechazo directo a la cara de España cuando trataba de dormir el partido, ya con el céltico Iago Aspas en el campo en su debut mundialista. 

Portugal: 
Rui Patricio; Cedric, Pepe, Fonte, Guerreiro; Bernardo Silva (Quaresma, m. 69), William Carvalho, Moutinho, Bruno Fernandes (Joao Mario, m. 67); Gonçalo Guedes (Andre Silva, m. 80) y Cristiano Ronaldo.
España: 
De Gea; Nacho, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Koke, Busquets; Silva (Lucas Vázquez, m. 86), Iniesta (Thiago, m. 69), Isco; y Diego Costa (Iago Aspas, m. 77).
Goles: 
1-0, m. 4: Cristiano Ronaldo, de penalti. 1-1, m. 24: Diego Costa se revuelve en el área y bate con la derecha a Rui Patricio. 2-1, m. 44: Cristiano, desde el borde del área beneficiado por un fallo al atajarla de De Gea. 2-2, m. 55: Diego Costa remacha un toque de cabeza de Sergio Busquets. 2-3, m. 58: Nacho, con una volea desde el borde del área con la derecha. 3-3, m. 88: Cristiano Ronaldo, de falta directa.
Árbitro: 
Gianluca Rocchi (Italia). Amonestó al español Busquets (m. 17) y al portugués Bruno Fernades (m. 28).
Incidencias: 
Partido correspondiente a la primera jornada del grupo B del Mundial de Rusia 2018, disputado en el estadio Fisht de Sochi ante 43.866 espectadores.

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