Las universidades gallegas: un sistema de excelencia y calidad

Tras la legión magistral de Yolanda Herranz y la intervención del rector Manuel Reigosa, el presidente de la Xunta Alfonso Rueda fue el encargado de cerrar el acto solemne de inicio del curso académico. Lo hizo con un discurso en el que alabó la labor de los tres rectores actuales porque “no es casualidad que nuestro sistema universitario sea excelente y esté bien posicionado en los ránkings internacionales”.

Así, resaltó el “espíritu de colaboración” de Manuel Reigosa, Julio Abalde y Antonio López, quienes no dejaron de lado la competitividad interna, pero que también “cuando se trata de contribuir al desarrollo de Galicia, estos tres rectores cooperan”.

El mandatario autonómico llamó a “intentar adelantarse” a los retos que se presentan de cara al futuro, porque “si nos limitamos a diagnosticarlos, no haremos nada y no se solucionarán”. Por esta razón, recordó que las tres universidades gallegas se sitúan “en los puestos de cabecera” de las mejores del mundo y puso en valor los estudios que ofrecen, la renovación constante de la oferta académica y la presencia de grupos de investigación “muy punteros” a nivel internacional. “Están a la vanguardia”, ensalzó.

Rueda indicó que la universidad es el principal motor de la investigación en Galicia al concentrar casi la mitad (3.400) de los profesionales que ejercen en la comunidad. Además, resaltó la importancia de contar con un sistema de investigación fuerte para afrontar los retos de la sociedad actual, en referencia al cambio climático, la transición energética o el avance de la tecnología. También recordó el “papel fundamental” que la universidad tiene para garantizar la igualdad de oportunidades y configurar la sociedad del futuro.

Yolanda Herranz impartió la lección inaugural

Bajo el título “El autorretrato (del artista). Sombras, reflejos y reflexiones”, Yolanda Herranz trazó en la lección inaugural un recorrido por las diferentes concepciones del autorretrato a lo largo de la historia del arte. “El autorretrato se enmarca en la problemática del sujeto”, con lo que se pone en cuestión a la identida y con el que se conjuga el “registro físico” con una “introspección profunda” del artista sobre sí mismo, sobre “su sentir y pensamiento”, resaltó la catedrática del Departamento de Escultura.

Herranz abrió este recorrido histórico recordando la figura de la pintora Artemisia Gentileschi, “prácticamente olvidada” durante siglos y hoy “considerada precursora del feminismo”. En una lección completada por la proyección de una selección de obras, la catedrática recordó que no sería hasta el Renacimiento cuando el artista comenzase a figurar como “elemento central de sus cuadros” para luego ir avanzando en las múltiples dimensiones del autorretrato, que vinculó tanto a la “trascendencia del ser”, a la permanencia o el reconocimiento; como a lo “conceptual, que pretende el pensamiento”, lo psicológico, “que explora lo traumático”, o lo onírico, “que acomete y proyecta los deseos”.

La artista y docente terminó reflexionando sobre cómo el autorretrato se convirtió en algo “masivo” en la sociedad actual, deteniéndose en tres medios empleados en los últimos dos siglos para retratarse a uno mismo: las cámaras Polaroid, el fotomatón y los ‘selfies’. Estos últimos, señaló, “son capturas de momentos que imponen la urgencia de ser inmediatamente compartidos”, imágenes que “retratan una sociedad que los expertos definen como ensimismada y egoista”.