Laura Fernández, vecina de Vigo: “Nunca esperé un final de vida tan bonito como la eutanasia”
Laura Fernández, vecina de Beade de 67 años, se despidió pidiendo un refuerzo para las unidades de cuidados paliativos y animando a los ciudadanos a hacer testamento vital. Solicitó la eutanasia el 29 de octubre y tras insistir logró autorización antes de lo previsto
Laura Fernández Abalde, una vecina de Beade de 67 años que murió este martes tras recibir la eutanasia, se despidió públicamente en un vídeo en el que aseguró que “nunca me esperé un final de vida tan bonito como este”. A ella, que formaba parte de la asociación Derecho a Morir Dignamente desde 2006, la posibilidad de despedirse de los suyos y decidir cuándo “dormir” le pareció que la eutanasia era “un broche de oro propio de una película de Hollywood”.
Se fue también con una petición expresa para el Ministerio de Sanidad y para las comunidades autónomas: que tengan más en cuenta los servicios de Cuidados Paliativos, donde ella misma permaneció ingresada en los últimos días cuando la enfermedad estaba ya muy avanzada. Ella estaba en la del Meixoeiro, a cuyos profesionales mostró un “profundo agradecimiento” y calificó como “gente maravillosa, atenta, eficaz y delicada”.
La viguesa padecía un melanoma uretral grave y se encontraba ya en fase terminal, por lo que solicitó la ayuda para morir dignamente prevista en la legislación. Considera fundamental hacer el testamento vital, donde cada persona puede indicar el tratamiento que quiere recibir cuando su salud se deteriore de forma irreversible para facilitar las cosas a la familia y a los facultativos. “Me siento afortunada. La gente con un seguro de vida está encantada y yo lo estoy al poder ejercer mi derecho a morir dignamente”, señaló.
Laura se despidió de la vida en la habitación 705 del servicio de paliativos del Hospital Meixoeiro, rodeada de su familia y del equipo médico, poco antes de las diez de la mañana de este martes. Había solicitado la eutanasia el pasado 29 de octubre, y tras vencer las trabas burocráticas del Sergas que en su opinión estaba haciendo una "lectura reglamentista” de la ley, finalmente logró que se autorizase en la mitad del plazo previsto.
Decía que afrontaba el final sin miedo, solo con temor a las agujas necesarias para poner las vías. “Será como una anestesia total, una muerte feliz”, aseguraba. Preguntada por las similitudes con Ramón Sampedro, dijo que no tenía nada que ver. "Coincidimos en la lucha, pero Ramón tuvo una mala vida y una mala muerte, yo tuve una buena vida y tendré una buena muerte”.
Vigo tuvo ocho peticiones de muerte digna en 2023
El año pasado se presentaron 38 solicitudes de ayuda para morir en Galicia, 8 de ellas en Vigo. De estos casos, se practicó la eutanasia en 14 casos (11 en el hospital y 7 en casa) mientras que 6 peticiones se denegaron y hasta 14 pacientes murieron antes de recibir la autorización.
La asociación Derecho a Morir Dignamente agradeció a Laura “su incansable lucha por la libertad durante toda su vida y su generosidad”, así como a todas las personas que intervinieron y cuidaron de ella en esta última etapa, “como su equipo asistencial, comprometido desde el primer momento con respetar su voluntad”.
La entidad subraya que casi un tercio de las personas que solicitan la eutanasia en España mueren mientras se tramita su solicitud y que los trámites tardan en resolverse una media de 27 días, según datos del Ministerio de Sanidad de 2022, por lo que la burocracia se convierte en “un obstáculo para personas con un pronóstico de vida muy limitado”.
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