La Justicia refuerza en Vigo su red de espacios seguros para víctimas de malos tratos

Una víctima de maltrato no solo tiene miedo a su agresor, sino también a iniciar un proceso que puede llegar a ser largo y traumático, al tener que acudir primero a dependencias policiales y después al juzgado, lugares a los que nadie va por gusto. En Vigo, la implicación de la oficina del Decanato con las víctimas de violencia de género ha conseguido transformar el complejo judicial en un espacio cada vez más seguro para las mujeres.

Según explica el juez decano, Germán Serrano, la Cidade da Xustiza incluye estancias y salas “amables” para la atención de las mujeres y sus hijos en procesos más allá del propio juzgado especializado. Pero además, se prevé completar esta red de espacios seguros con dos proyectos sobre la mesa, las nuevas dependencias para la Oficina de Atención a la Víctima y un espacio solicitado por el Colegio de Abogados, junto a las salas de vistas de los juzgados de lo Penal, que permitan el encuentro previo a un juicio entre el letrado y la víctima.

En el primer caso, la intención es trasladar la mencionada oficina a otra planta con más luz, en la que se encuentra Notificaciones y Embargos, y donde no se comparta espera con las personas que entran en el juzgado de guardia o que tengan que acudir a personaciones de la Policía. Todo, con el objetivo, de que las víctimas puedan sentirse en un ambiente que no les sea hostil.

La evolución en este sentido ha sido notable. Serrano incide en la importancia del nuevo complejo judicial, como una infraestructura pensada en la víctima y también en las herramientas con las que cuentan los servicios comunes del Decanato, con acompañamiento y atención de una psicóloga y trabajadora social “siempre que lo necesiten”, además del asesoramiento que se les ofrece desde la Oficina de Atención a la Víctima, que ya obtuvo un reconocimiento con una mención especial en los premios Meninas.

Sin duda el juzgado especializado es el más sensible en este sentido. Cuenta con tres salas específicas, para víctimas, para los encuentros con los abogados, o para testigos, evitando el encuentro con los denunciados y es el único con sala de vistas en sus propias dependencias. Existe, además una conexión con los calabozos y la posibilidad, en casos de mujeres con protección de un acceso por el garaje evitando el acceso general.

Desde Familia al Imelga: “Todo el personal está muy implicado”

Pero no solo el juzgado de Violencia sobre la Mujer cuenta con espacios seguros, los hay también en los juzgados de Familia, o las propias salas polivalentes en Social, que también se ponen a disposición de estos procesos, junto con los tres boxes del decanato, que pueden utilizarse para declaraciones de víctimas. No solo se trata de dar atención a las mujeres que sufren maltrato sino también, cuando son madres, a sus hijos. El acompañamiento es completo y “todo el personal está muy implicado”, afirma el juez decano. Para ello también las dependencias del Instituto de Medicina Legal han abierto recientemente su propia sala amable, y sala gesell, mientras Fiscalía cuenta con sus propias estancias tanto para víctimas como para menores. Además de la implicación a la que hace referencia Serrano, también está la formación en perspectiva de género para los jueces y de especialidad sobre violencia de género para abogados que imparte el propio titular del juzgado.