Paula Cajaraville Leiro: “La necesidad de más medios en el juzgado de Violencia existe y persiste”
25N
“Son difíciles de digerir los feminicidios ocurridos y las graves tentativas; todos son objeto de análisis policial y judicial”
Con una amplia trayectoria en juzgados de Violencia sobre la Mujer, como el de Vigo, Paula Cajaraville ejerce como delegada en esta especialidad en la Fiscalía provincial. Asegura que hay más conciencia social, pero que hay que seguir trabajando desde todos los ámbitos, reflexionando sobre situaciones como el incremento alarmante de conductas violentas entre menores e insistiendo en que las campañas de concienciación y sensibilización deben continuar, “los carteles nunca son suficientes”.
¿Cuál es el diagnóstico que hace la Fiscalía de la situación de la violencia de género en la provincia, en un año especialmente trágico?
No me gusta hablar de diagnóstico porque es una cuestión más controvertida, pero sí que es innegable que este año está siendo un año bastante aciago, y en la Fiscalía especializada en Violencia sobre la Mujer todavía con más razón. Son conocidos los feminicidios registrados en la provincia que se suman a los que existían en Galicia y no solo son difíciles de digerir estos casos que son consumados sino también la gravedad de los ocurridos en grados en tentativa. Ya En 2023, en el sur de Galicia se presentaron casos muy escalofriantes y después en 2024 en provincia en particular ha habido un significativo repunte. Veníamos de una época del covid con un descenso, pero empezó a subir y ahora en 2024 el pico ha sido brutal. No existe un diagnóstico claro de lo que ha sucedido en la violencia contra la mujer porque existen muchos parámetros y variables. No se puede poner un esquema cerrado. Sí considero y hago hincapié en que en Galicia hay algunas particularidades. Hay una que es propia de las grandes ciudades como A Coruña y Vigo, y luego hay otra circunstancia que ocurre en Galicia e influye en el resto del entorno, la dispersión demográfica y el carácter rural, que añade presión social, presión familiar, o incluso mayor dificultad a las mujeres para dar con los recursos que las puedan ayudar a salir de la zona del maltrato, o a poder denunciar, y este es un dato para estudiar dentro de las variables. Los procedimientos a los que hago mención están en trámites de investigación, ninguno está en fase de juicio oral y son objeto de análisis policial y judicial, pero lo importante es que se determinarán las circunstancias, su diagnóstico o incluso el error cometido si es que existió en el juicio oral.
Desde la Fiscalía de Vigo se ha hecho hincapié en reiteradas ocasiones en la necesidad de reforzar los medios en el juzgado especializado ¿sigue siendo una reivindicación?
Sí, yo fui fiscal de violencia sobre la mujer de Vigo desde 2016 hasta que me fui a Pontevedra. Lamentablemente, ese problema existe y persiste. A inicios de este año, la fiscal de sala de violencia sobre la mujer visitó A Coruña, por una junta de fiscales autonómicos y ya se puso de manifiesto en esta mesa la necesidad de incremento de medios en el juzgado de Vigo. El problema es que no es un hecho aislado ni exclusivo de Vigo, la necesidad de medios es un problema endémico en la Administración de Justicia en general y en el ámbito de los juzgados de violencia sobre la Mujer en particular. Mi experiencia en Vigo, donde aprendí muchísimo, es que la carga de trabajo es muy significativa y exigente. Existen diariamente múltiples procedimientos, y a la vez se celebran juicios de delitos leves o civiles. Tiene un despacho de asuntos de guardia de lunes a viernes con lo que la carga es brutal. Con carácter preferente hay que despachar asuntos con detenidos y las órdenes de protección, la tramitación de los procedimientos urgentes lastran la de otros procedimientos, lo que supone un nivel de trabajo estratosférico, al que se suma el déficit de medios personales y materiales y esta situación se puede extrapolar al resto de ciudades. En Vigo además hay otra cuestión, el juzgado especializado es el que instruye los delitos, pero no el que los juzga o ejecuta. En Pontevedra es al contrario no hay un órgano especializado en instrucción pero sí uno que juzga y ejecuta con carácter especializado. Esto puede dar lugar a disfunciones por lo que quizá debería plantearse un juzgado específico para juzgar esos delitos.
La evolución en este ámbito ha sido notable desde que entró en vigor la Ley de 2004; sin embargo, parece imposible frenar su escalada ¿cómo interpreta el incremento de denuncias?
Según la memoria de la Fiscalía de 2023, en España se presentaron 199.282 denuncias, y en Galicia, 7.483 con un incremento del 12% respecto a 2022. Pero hay otro dato importante. En total, de todas las denuncias se realizaron 3.071 escritos de acusación, lo que supone un incremento de entre un 13 y 14%. Se está intentando concretar qué repercusión en la actividad del Ministerio Fiscal tiene la violencia sobre la mujer y a día de hoy, del 100% del trabajo de la Fiscalía, un 20% supone la presentación de escritos de acusación en esta materia. Aquí se refleja que hay un incremento de denuncias, pero el quid es si se produce por una mayor confianza en la Justicia o porque hay más casos. Desde el punto de vista práctico, lo que sí puedo decir es que hay más conciencia social. Antes era un ámbito muy privado, si ellas no querían denunciar nadie lo hacía, pero ahora no es raro que una persona próxima o conocida denuncie o que una persona presencie una disputa en la calle y llame a la Policía. Eso se ve. Y existen protocolos que funcionan, que tienen margen de mejora, es cierto, pero funcionan y se activan, tanto en el eje de la salud, como laboral o el educativo. Se detectan situaciones que antes en su origen estaban en pañales, se mejoró también la presión policial, en el protocolo cero (donde hay seguimientos de sospechas en los casos en los que no se denuncian o ellas no declaran). Las iniciativas de sensibilización y concienciación deben continuar. Los carteles nunca son suficientes para que las víctimas sepan que pueden acceder a los recursos existentes.
¿Le asusta la irrupción de los discursos negacionistas y actitudes machistas en las generaciones más jóvenes?
Soy jurista, no voy a entrar en debates políticos o sociales, por la propia naturaleza de mi profesión. Sí puedo decir que hay aumento de casos de violencia en menores . Pero es que tal como se refleja en la memoria de la Fiscalía el incremento de delitos cometidos por menores es alarmante. Las conductas son cada vez más agresivas y violentas, y donde más explosionan es en el ámbito de la familia, la pareja y la libertad sexual. Aunque no hay relaciones análogas a las de un matrimonio a edades tempranas, empieza a haber parejas. Es muy preocupante y quizá haya que pensar en una estrategia.
¿Qué mensaje lanzaría para este 25 N?
Nuestro país fue ambicioso porque estableció una estrategia legal pionera en materia sobre violencia de género en 2004, no debemos perder de vista el objetivo marcado entonces y de hecho habido una evolución legislativa. Estamos en un momento clave, tenemos que educar en el respeto, en la igualdad, en la empatía, debemos persistir en la educación y tolerancia, en la información a las víctimas, en protegerlas a ellas y a sus hijos. En nuestras manos está el futuro, reflexionemos y sigamos adelante, sin dar un paso atrás.
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