La Fundación Sálvora advierte de que el apoyo a personas con discapacidad está en riesgo por falta de financiación
La entidad acompañó este año a 69 personas y la demanda va en aumento
La Fundación Sálvora acompañó este año a 69 personas con discapacidad, con más de 429 intervenciones directas, 379 acompañamientos en actividades básicas, 269 visitas médicas y 232 gestiones de ayudas e informes.
La entidad acaba de cumplir 35 años. Nació en Vigo por la iniciativa de familias vinculadas a la Federación de Asociaciones Pro-Deficientes de la provincia de Pontevedra, con el impulso de su fundador Don Alfonso Zulueta de Haz. Fue la primera entidad tutelar especializada en Galicia, declarada de interés gallego en 1991.
Desde sus inicios, su misión fue acompañar a las personas con discapacidad intelectual, autismo, parálisis cerebral y síndrome de Down en el ejercicio de su capacidad jurídica, promoviendo su inclusión social y garantizando apoyos personalizados en igualdad de condiciones con el resto de la ciudadanía. La Fundación siempre trabajó bajo un modelo centrado en la persona y en el enfoque de derechos, mucho antes de la reforma legal de la Ley 8/2021, que reconoció oficialmente este paradigma.
Su equipo humano está formado por educadora social, dos integradores sociales, una trabajadora social, una administrativa y una gerente, junto con dos abogados colaboradores y una red de voluntariado. A su vez, el patronato lo integran 13 asociaciones y patrones a título personal: Asociación Accesca, Apamp, Aspanaex, EVD, Cáritas Diocesana Tui-Vigo, Cruz Roja, Fundación Menela, Hospital y Clínica San Rafael, Centro Juan María Valle Miñor, Juan XXIII y San Xerome Emiliani.
Entre los retos de futuro señalan la necesidad de mayores recursos humanos para prestar un servicio de calidad a más personas. Además, afirman que el retraso sistémico en los juzgados y tribunales y la falta de adaptación de las resoluciones sobre las medidas de apoyo a la capacidad jurídica o la falta de accesibilidad y sensibilización con la realidad de cada persona con necesidades de apoyo complica la aplicación de tales medidas.
Por otro lado, el perfil de personas apoyadas va variando y está creciendo el volumen de las que acaban de alcanzar la mayoría de edad procedente de servicios de menores y también entre las personas que viven en su propia casa.
En cuanto a la financiación, aseguran que se encuentra “totalmente comprometida” al depender casi en su totalidad de subvenciones y ayudas públicas. Explican que las solicitudes por parte de los juzgados, fiscalías y otras entidades no paran de aumentar pero los recursos aminoran.
A mayores, indican que los recortes sufridos en estos últimos años, hacen peligrar notablemente las perspectivas de futuro de la fundaciones que no podrá seguir aceptando la nuevas personas apoyadas ya que es necesario una estabilidad de recursos suficiente para atenderlas. “Esto supondría un grave perjuicio no solo las personas con discapacidad que no cuentan con una red de apoyo que ejerza las medidas de apoyo sino para muchas familias y la sociedad en general porque no existen otros recursos con las mismas características y experiencia que esta fundación”, concluyen.
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