El exnovio de Déborah niega haber estado con ella cuando desapareció
CRIMEN SIN RESOLVER
Declaró como investigado ante la jueza de Tui por primera vez en 20 años y señaló que no tuvo nada que ver con el crimen. La familia de la joven viguesa confía en seguir avanzando para “buscar la verdad”
Casi veinte años después de la desaparición y muerte de la joven Déborah Fernández, en 2002, el que fuera su pareja declaró ayer ante el juzgado de Instrucción 2 de Tui. Pablo P.S.Ll contestó a las preguntas de la instructora, el fiscal y su abogado, declinando responder a los letrados de la familia de la víctima. Durante cerca de dos horas ofreció su versión sobre lo ocurrido el día en el que desapareció Déborah, la primera ante un juez pero una más de las aportadas a la Policía a lo largo de los años.
El investigado defendió su inocencia, se desvinculó del crimen, negando haber estado con ella el día en el que desapareció. Es más, en esta ocasión fue mucho más rotundo que en el pasado al relatar su recorrido aquel 30 de abril de 2002. Mientras la Policía en su principal hipótesis cree que el investigado y la víctima pudieron coincidir a la hora en que se la ve por última vez en Alcabre, el exnovio aseguró que ese día tras salir del gimnasio fue al Club de Campo pero por Bouzas hacia Samil, sin pasar por la curva del matadero.
Las contradicciones en sus relatos de 2002, 2004, 2006 o 2010 ante los distintos equipos policiales y que fueron uno de los principales indicios para centrar sobre él las sopechas de los agentes no pudieron ser del todo clarificadas. Hubo algunas variaciones que contrastan con las declaraciones de varios de los testigos que prestaron declaración en sede judicial tras la reapertura de la causa en 2019. El investigado aseguró que ese día llamó a Déborah, pero que fue una conversación rápida porque la pilló en la peluquería y se escuchaba mal. Dijo que ya no volvió a llamarla. Tampoco quedaron. Por la tarde fue a jugar un partido de fútbol al Club de Campo, después volvió a casa y más tarde acudió a cenar con unos amigos. El relato no obstante no concuerda con el aportado por otros testigos, ni respecto a cuándo llegó al partido ni tampoco a las personas que allí estuvieron.
En el momento de la desaparición, insistió en que ya no era pareja de la joven, a la que no habría visto después de volver de Argentina. A las preguntas directas sobre si recogió a Déborah en su coche, si le causó la muerte, guardó su cadáver y luego lo trasladó a una cuneta en O Rosal, respondió que “no, jamás”.
Pero además, aceptó la opción de añadir unas últimas palabras tras el interrogatorio, aprovechando para señalar que lo único que quiere es que le dejan vivir tranquilo.
Ni a su llegada a los juzgados de Tui, ni a su salida, el exnovio de la joven de Alcabre quiso hacer declaraciones a los numerosos medios de comunicación congregados en la puerta.
Los abogados de la familia destacaron tras el interrogatorio que “después de tantas versiones, esta es una más”, en palabras del letrado Ramón Pérez Amoedo, quien afirmó que “no se han resuelto todas las dudas”.
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