El atracador del banco Sabadell en Vigo logró escabullirse entre la gente

La Policía recabó escasos testimonios pese a que fue un robo a pleno día. El individuo aprovechó el tramo con pocas cámaras y la nueva marquesina de bus delante de la oficina

Imagen de la sucursal del Sabadell poco después del atraco, el pasado viernes. La  nueva marquesina de autobús, delante de la puerta.
Imagen de la sucursal del Sabadell poco después del atraco, el pasado viernes. La nueva marquesina de autobús, delante de la puerta.

Desde hace una semana, la oficina del Sabadell situada en el número 6 de la avenida de la Florida cuenta con un vigilante de seguridad. Fue el viernes pasado, sobre las doce de la mañana, cuando un supuesto cliente accedía a la sucursal, ocultando su rostro y, aprovechando que solo había un empleado en ese momento, esgrimir una pistola y hacerse con un botín que podría rondar los 100.000 euros y que introdujo en un carrito de la compra.

Después, el hombre se marchó sin que muy pocos a su alrededor se percataran de lo ocurrido, escabulléndose como un viandante más. “Nada de nada, nos enteramos después por las noticias”, comentaban en un negocio anexo. Las dos trabajadoras aseguraban que “aquí que recordemos nunca hubo un atraco. La oficina está en plena calle y siempre hay mucho bullicio”.

A pesar de que ese día llovía, las cafeterías y negocios estaban a pleno rendimiento. “Teníamos mucho trabajo en ese momento y no vimos nada extraño”, explicaban las trabajadoras de un bar. En ninguno de los locales situados tanto al lado del banco como enfrente se percataron del atraco.

Solo en uno, el empleado escuchó “varios coches de Policía, no me llamó mucho la atención porque por aquí suelen pasar”.

Lo que sí despertó curiosidad en la zona es que “justo el atraco se haya producido apenas unas semanas después de que instalaran una marquesina de autobuses delante del banco, lo que oculta bastante la visión de entrada y salida”.

Ese detalle, unido a la hora en la que se produjo, (habitualmente suelen producirse en la hora cercana al cierre), y a que actuara solo, “aquí para huir en un coche está complicado” alimenta la idea entre los vecinos de que “puede ser alguien de la zona”.

Los investigadores recabaron escasos testimonios, (sí hubo algún testigo que prefirió no hacer declaraciones a este periódico) y pidieron las imágenes de las cámaras de seguridad cercanas, aunque en ese tramo apenas hay, además de examinar las propias de la entidad bancaria, para conseguir una descripción del sujeto.

Y, aunque la mayoría de los conocidos como ‘históricos’ volvió a prisión tras los últimos golpes, las sospechas se centran en ese círculo.

Mientras, la sucursal continúa su actividad sin sobresaltos. Una de las clientas explicaba a la salida de la oficina que “no me pilló por los pelos, estuve ese día, pero antes de que ocurriera”.

Contenido patrocinado

stats