Las mascarillas toman Vigo
VIGO: DÍA 36 DE ALARMA
La mascarilla se ha convertido en pieza cada vez más habitual en las calles y mercados y su uso se extiende más allá de los profesionales de la sanidad. En los mercados, por ejemplo, como se pudo ver ayer.
Hace dos meses era impensable. Hace un mes, bastante raro y llamaba la atención. Ni siquiera quince días atrás resultaba habitual ver gente con la cara oculta tras una mascarilla, pero en el día 36 de la declaración de alarma -y con al menos 22 más por delante- se ha convertido en una pieza cada vez más habitual del vestuario. Y probablemente acaba siendo obligatoria para salir a la calle cuando se relajen las medidas. De momento los vigueses se van haciendo a la idea. Ayer, por ejemplo, en el popular mercado del Calvario, cita obligada del barrio con mayor concentración humana de Vigo, la práctica totalidad de las placeras llevaban todos los elementos de protección y también era mayoría entre la clientela, obligada a pasar de uno en uno al interior del mercado. Antes de acceder al interior, todos los usuarios tienen que lavarse las manos con los geles especiales de desinfección. Por si hay despistados, avisan a la entrada. Bienvenidos al nuevo mundo del coronavirus.
Las mascarillas también tuvieron su lado polémico tras la retirada de una partida destinada al uso sanitario por parte de la Xunta. El sector de Transportes de CIG se dirigió ayer a la Consellería de Sanidade para reclamar que se realicen test de Covid-19 a todos los trabajadores de ambulancias para evitar la expansión dos contagios y medir el alcance de la enfermedad entre el colectivo laboral. La petición, según detalla el sindicato, reviste más urgencia después de que la Administración gallega retirara por defectuosas las máscaras 95 Garry Galaxy, que estuvo empleando el personal sanitario incluido el de ambulancias. Dichas mascarillas habían sido destinadas por el Ministerio de Sanidad a la Comunidad Autónoma y no cumplen con las exigencias que determina el Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Mientras tanto, en el día 36 la ciudad volvió a vaciarse como en los momentos álgidos del confinamiento. Los datos ahora son medibles vía GPS: ayer no había ni pan en las panaderías. n
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