Adiós al Plan 1993: tras diez años, entra en vigor el PGOM

El Plan 1993, que prestó servicio durante muchos más tiempo de lo previsto (tenía una vigencia de 20 años máximo) cumple hoy su último día de servicio: desde mañana, después de casi 10 años de trámites, será oficial el PGOM 2025, y lo hace ante una gran expectación y con numerosos proyectos inmobiliarios anunciados y pendientes de su entrada en vigor, que se ha demorado mucho más de lo previsto. El pleno dio luz verde en mayo y hubo que esperar desde entonces más plazos administrativos, con la publicación en los boletines. En definitiva, desde mañana Vigo abre nueva etapa con un Plan puesto al día, y, por tanto, con mayor seguridad jurídica, que es la clave. Pretende estar en vigor hasta 2050. Su principal misión será conseguir acabar con el déficit de viviendas y promover y facilitar la construcción para poner en el mercado miles de pisos a mejores precios para evitar la emigración hacia los ayuntamientos vecinos, donde la promoción inmobiliaria ha sido exitosa.

Los datos son ya sobradamente conocidos. Los redactores del Plan 2025 han planteado que hasta 2041 la demanda de vivienda ascendería a 31.460 pisos y las necesarias hasta 2050, cuando tendría que revisarse el PGOM, serían otras 13.572. Por tanto, se perfilan como necesidades un total de 45.032. El documento contempla un tope máximo todavía más alto para este período de 25 años con la posibilidad de desarrollar 51.467 viviendas, aunque es una opción muy difícil de alcanzar, por no decir imposible.

Conseguir las 45.000 viviendas exigirá el desarrollo de las bolsas de suelo y los ámbitos de suelo urbano no consolidado, un total de 130 repartidos por todo el municipio, destacando entre ellos Beiramar-Jacinto Benavente, Vía Norte-Canadelo o A Seara, auténticos clásicos, como también Aragón (el desarrollo de la amplia superficie existente entre dicha calle y la Travesía) o las dos áreas de Espedrigada, en el entorno de Balaídos, una urbanización que lleva años encima de la mesa y no ha sido posible iniciar por conflictos vecinales. De todas estas previsiones, las más aceleradas son Beiramar-Jacinto Benavente, donde se recalificaron los frigoríficos en parcelas de suelo residencial, y probablemente A Seara, que es relativamente fácil de iniciar y hay pocos propietarios. Con licencia casi directa (solo se exige un estudio de detalle), lo que simplifica todo, también aparece la famosa parcela de Plaza de España. En esta versión, sin grandes alardes: solo dos edificios. El coste total de estas actuaciones en suelo no consolidado -urbanizar desde cero, con calles y sistemas generales- sería de 130,4 millones de euros.

30 actuaciones exprés y un alto coste público y privado

Los redactores del Plan General 2025 contemplaron otras 30 zonas de rápido desarrollo, con suelo urbanizable, cuyos trámites de tramitación y ejecución son mucho más rápidos al tratarse de “islas” rodeadas por la ciudad que necesitan ser conectadas con el resto. El coste ascendería a 153,6 millones de euros. Entre ellas se encuentran los tres ámbitos de Samil y entre 3.000 y 4.000 viviendas previstas (el 10 por ciento de todas las que se contemplan), con 21 millones de euros entre los 6,4 de Garita-Samil, los 10,6 de avenida de Europa y Pertegueiras y los 4 de Samil-Pereiras. En el litoral destaca Breadouro, en o Vao, con un presupuesto estimado de 1,6 millones de euros. En San Miguel de oia, otras dos, Oia-Ricardo Mella, de 2,5 millones de euros, y Oia-Grades, de 4,6 millones de euros.

También aparecen los dos ámbitos que va a desarrollar la Consellería de Vivenda, ofimático, en la avenida de Madrid, y Ramón Nieto-Cantabria. Ofimático es el segundo más caro de todo Vigo: 13,5 millones de euros su desarrollo para 2.300 viviendas protegidas. En Cantabria-Ramón Nieto serán 1.400 pisos, a cambio de 8,2 millones de euros en su desarrollo. ·l de mayor costo estimado es polígono Balaídos sur, que según aparece en el Plan de urbanismo que hoy se aprueba alcanza los 21,9 millones de euros. En total, el PGOM prevé una inversión de 865 millones entre inversión pública -de Estado, Xunta y sobre todo Concello- y privada, para cumplir todas las previsiones, lo que parece poco probable de realizar. En cuanto a población, pocos cambios: en 2040 Vigo llegaría a 320.000 habitantes en el mejor de los casos.