La “isla” de Romil avanza en su urbanización gracias al PGOM
Urbanismo
Los dueños iniciarán obras próximamente para dejar el terreno como un solar y conectado a la ciudad, tras el expediente municipal que les insta a derribar las estructuras abandonadas
La “isla” de Romil, un terreno compuesto por ocho fincas encerrado entre las calles Romil, Chile y Pi y Margall, cambiará su imagen en los próximos días. La Gerencia de Urbanismo ha instado a los propietarios a demoler varias estructuras abandonadas, si bien se aprovechará la obra para dejar el terreno como un solar, según confirman a Atlántico fuentes cercanas a los dueños de las fincas.
El primer paso será derribar parte del muro para poder dar acceso rodado a maquinaria pesada al interior de la finca, actualmente totalmente aislada del tráfico. Se prevé emplear también una grúa para las tareas más pesadas. Con estos recursos, se echarán abajo los restos de las casas abandonadas. Tras la reforma del solar, se procederá a vallar el entorno para evitar intrusos.
Este será el primer paso para conectar el terreno con la ciudad. El segundo y único punto adicional de conexión se da en las casas abandonadas de Pi y Margall 81 y 83, que también deberán ser derribadas para cumplir con el acceso al centro del solar.
Tomando la travesía de Romil se pueden encontrar unas escaleras que descienden hasta la calle Chile. En este entorno se encuentran los restos abandonados de dos viviendas, inundados por vegetación e insectos.
Según explican vecinos de la zona, es un sitio habitual donde los dueños de perros llevan a sus mascotas para jugar y que hagan sus necesidades. No obstante, el año pasado fue requerida la Policía Local tras varias llamadas vecinales por ruido. Tal y como detallan los vecinos, varios menores instalaran un sofá y varios muebles en la zona que ahora se verá afectada por el derribo, donde hacían botellón, fumaban marihuana y escuchaban música hasta altas horas de la madrugada.
Desde la intervención policial, el espacio ha quedado especialmente degradado, al no retirarse ni el sofá ni los enseres depositados. Los vecinos señalan que en ocasiones acuden personas con drogodepedencia, al tratarse de un callejón poco iluminado.
En las últimas semanas, varios operarios se dedicaron a desbrozar la maleza de las fincas. Los vecinos indican que una de las consecuencias de tener el solar próximo es la presencia de insectos de gran tamaño en las viviendas.
No obstante, con el inicio de la urbanización del solar comenzará a corregirse la situación de esta finca, aislada de la ciudad prácticamente desde los años 50.
Precisamente estas estructuras abandonadas están relacionadas con el crimen del contenedor de la calle Chile de 1998, cuando un hombre (M.S.B.) arrojara los cadáveres de una mujer (L.E.D.) y un bebé, que vivían de okupas en una de estas viviendas.
En el solar se podrán edificar viviendas de hasta 5 plantas
Este ámbito ubicado en Romil está recogido dentro del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) con la categoría de suelo urbano no consolidado, con reforma interior (PERI). De la superficie bruta de 4.320 m2, se podrán construir en 1500 m2 edificios de un número máximo de 5 plantas, reservándose un 30% a vivienda de protección. Los propietarios no han revelado aún el destino del terreno.
Además, el documento urbanístico, ya aprobado por el pleno municipal, reserva un 8% de la superficie bruta a las dotaciones de equipamientos públicos, además de arbolado o plazas de aparcamiento. El ordenamiento incluye la vivienda y finca edificada por el arquitecto Jenaro de la Fuente como residencia personal, si bien no se aclara el destino de la misma.
El acceso se realiza actualmente a través del edificio sito en Romil 35, que da paso a la finca más grande del conjunto, de 1.027 m2. Esta pertenece a dos promotoras inmobiliarias (con un 35% y 25% respectivamente) y un particular (con un 40%).
Desde los 50
La “isla” ya era visible en la década de los 50, en la ortofoto tomada por el vuelo americano de 1956-1957. En el documento se observa una calle Chile incipiente y el terreno con dos viviendas aún en pie, rodeadas de naturaleza.
En torno al año 2008 las edificaciones ya estaban completamente deshabitadas y en la última imagen del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA) de 2020 se pueden percibir los restos de las edificaciones que se conservan hoy.
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