Vigo-Oporto o Madrid-Lisboa

La Cumbre Ibérica, esta vez en un lugar tan lejano como Faro, en el Algarve, se cerró con las habituales llamadas a mantener las buenas relaciones y algunas cuestiones concretas sobre la gestión de los ríos, sobre todo el Guadiana, que afecta a Extremadura. La atención desde Galicia estaba en el apartado de trenes y la conclusión es que el AVE entre Madrid y Lisboa se ha convertido en objetivo fundamental para el Gobierno de Mr PS, mientras que el Ejecutivo luso apuesta por echar el resto en Vigo-Oporto, incluso antes que la conexión entre las dos capitales. Y hasta ahí. Por tanto, mucho me temo que el desarrollo de la alta velocidad entre Portugal y Galicia continuará según los proyectos del país vecino, que prevé enlazar Lisboa con Oporto y seguir hacia el Norte (Valença) hasta 2032. Portugal quiere implicar a España, pero el Gobierno tiene otras prioridades y Galicia no es ni de lejos una de ellas. Más bien al contrario, como ha quedado claro en la votación para rescatar la concesión de la AP-9: salió a favor con el voto en contra del PSOE, que no va a hacer ningún caso una vez más al legislativo. Según la doctrina de Mr PS se puede gobernar sin apoyo del Parlamento e incluso con su oposición, así que adelante.

En definitiva, la cumbre de Faro ha sido un éxito. Los asuntos que importaban se solventaron en unas horas y en cuanto al resto, incluido el AVE a Oporto y la salida sur, hasta el año próximo o cuando sea. Esta vez el único interés real estribaba en la presencia por parte lusa del nuevo primer ministro, que milita en un partido homólogo del Partido Popular español, que se mantiene en el poder gracias a los socialistas. En el país vecino todavía hay respeto institucional.