Vigo y Braga, las cuatro diferencias

Tan cerca, y tan distintas. Veamos algunas diferencias, al menos cuatro, entre dos ciudades a 100 kilómetros, Braga y Vigo.

La primera. Braga dio un saldo adelante espectacular cuando se aprobó la instalación del laboratorio ibérico (promovido por los gobiernos de España y Portugal) en nanotecnología. Desde 2010, la ciudad lusa se ha convertido en sede para 200 investigadores que trabajan en el instituto en cuatro áreas principales: nanomedicina, nanoelectrónica, vigilancia medioambiental y control de seguridad y calidad alimentaria y nanomáquinas y nanomanipulación. En este tiempo, Vigo ha crecido notablemente en turismo, destacando su apuesta por la Navidad.

La segunda. Coincidiendo con la puesta en marcha del centro de nanotecnología, Braga también ha atraído empresas de alta tecnología. Ha tenido como consecuencia directa que ya es la ciudad que más crece en Portugal. En los últimos 20 años, ha ganado un 15 por ciento de población y ya llega a 200.000 residentes, convirtiéndose en la tercera del país vecino. En ese mismo tiempo, Vigo se ha quedado en el mismo número de censados, 295.000, con tendencia a la baja.

La tercera. Braga se ha convertido en una potencia comercial con el desarrollo de un parque donde se han instalado las grandes marcas y que atrae a miles de personas, entre ellas de Vigo, a hacer compras a Ikea. Vigo lleva 20 años de espera por el gigante sueco. La propuesta de Porto Cabral, el mayor complejo comercial de la eurorregión, fue desestimada.

La cuarta. El Braga jugaba ayer contra el Real Madrid la liguilla de la Champions, un partido de la máxima categoría. Esta semana, el Celta jugará en Girona para tratar de salir del descenso. Hace años que no se acerca por Europa.