Judíos y cristianos

Presume Tui de judería y pasado hebreo. Hace bien, y en estos momentos resulta más pertinente que nunca. Aunque en Galicia la fama se la lleva Ribadavia, parece que fue la ciudad tudense la que contó con mayor presencia israelita y de ello quedó constancia en la propia catedral, donde un cantero dejó grabado una menoráh, el icónico candelabro de siete brazos que todavía hoy es posible ver. Se encuentra en el claustro de la iglesia, un espacio que vale la pena conocer y donde hace unos años se localizaron restos romanos y más reciemente un cementerio medieval de origen visigodo. Tui, que tiene título de ciudad antes que Vigo, ha echado el resto para posicionarse en la red de juderías de España y con éxito, incluyendo ahora una ruta que recorre algunos de los lugares y edificios vinculados con el siglo XV.

Mientras Tui reivindica el legado de Israel en plena ola anti, otro municipio del entorno, Poio, saca la cabeza por Colón, a quien en Estados Unidos se persigue con saña probablemente más como un resto de la leyenda negra que como un objetivo del mundo woke. Colón ha pasado de celebrado a apestado, y de descubridor italiano a colonialista y genocida español. Nada que tenga que ver con la realidad, pero a quién le importa. En Poio, según una teoría con raíces en el siglo XIX, estuvo la primera casa de una familia Colón de la que habría sido Cristóbal uno de sus miembros, también conocido como Pedro Madruga. Por muy extraño que pueda parecer, la hipótesis se sostiene muy bien, mucho mejor que el Colón genovés, que tiene a favor la tradición, que no es poco. Quizá algún día el ADN pueda aclararlo, aunque historiadores como Pedro de Lorenzo lo niegan de forma categórica. Mientras tanto, en Poio hay una casa de Colón e incluso una fiesta reivindicativa. Por cierto, uno de los nombres que Don Cristóbal incluyó en la toponimia de América fue San Salvador, patrón de Poio. No por casualidad, claro.