La islamofobia es un recurso para la expansión del Islam

Publicado: 06 oct 2025 - 02:00

En el año 2004, Abdelkarim Carrasco, de la FEERI, Federación Española de Entidades Islámicas, y asesor de los Gobiernos del PP y del PSOE solicitaba que se aprobase una ley que permitiera la censura sobre noticias relacionadas con el Islam, con la excusa de "no fomentar el odio". Pues lo ha logrado. Se ha consumado que todo comentario o crítica a esta doctrina corra el riesgo de ser considerado delito de odio. La Fiscalía de Málaga mantiene su petición de tres años de cárcel para dos curas por este delito. Los acusados habrían realizado comentarios contra migrantes y la comunidad musulmana en artículos y programas de vídeo; el fiscal pide también prisión para el responsable de la web donde se publicaron. Uno de los acusados comentó al salir del juicio que es un alivio que le pidan sólo tres años de prisión, porque en Irán o Agfanistán lo condenarían a muerte. La subsiguiente controversia centra el asunto sobre una realidad que no puede ser ignorada. Lo que vinieron a decir (ciertamente, de modo no del todo adecuado) estos dos sacerdotes lo expresaron anteriormente de forma explícita Fucuyama, Sartori y Samir, en cuanto al riesgo que supone para Occidente la no integración del creciente número de musulmanes. Por esa vía, el delito de odio puede ser y puede imponer la censura que Adbeljarim pedía.

Hay otras realidades que se pueden contraponer: En Arabia, o sea, la cuna del Islam y eficaz propagadora a su ideología por el mundo, a lo que dedica ingente recursos, y que es una misión específica, un mandato personal para cada musulmán, está oficialmente prohibida la entrada a ministros de otras confesiones. Abdellah Boussouf, secretario general de este Consejo de las comunidades marroquíes en el exterior, órgano creado por el Reino alauí para defender los intereses de los ciudadanos instalados fuera de su país, ha instado a los gobiernos europeos a favorecer la creación de mezquitas dignas, ya que, en su opinión, existe una gran diferencia entre las leyes que garantizan la libertad de culto religioso y la realidad vivida por la comunidad marroquí. Shamir Khali, gipcio, jesuita, profesor de historia de la cultura árabe y de islamología en Beirut y en Roma, uno de los mayores especialistas en relaciones entre cristianismo e islam, dice que los musulmanes tienen que adaptar el modo que tienen de vivir su religión siempre y cuando y Europa se afiance en defender su identidad, la Carta Universal de los Derechos Humanos. Pero los países musulmanes al no aceptarla crearon su propia “Cara de Derechos universales (para los seguidores de Alá). Dice Sartori que los musulmanes han de aceptar vivir en una Europa con las condiciones de Europa, no viniendo a promover en Europa un proyecto musulmán utilizando el esquema tolerante europeo. ¿Decir esto es islamofobia?

Dice Shamir que cuando van adquiriendo fuerza social, los musulmanes exigen que las leyes les reconozcan como minoría distinta, y cuando llegan a tener ya la presencia de un treinta por ciento, exigen la islamización de la sociedad. Y cuando el islam ha ido adquiriendo zonas de poder e influencia, nunca retrocede. La obligación de extender el Islam por todo el mundo, sometiendo a los infieles, no es una pretensión de los fundamentalistas. Es una parte esencial de esta doctrina. Bernard Lewis, en un libro clásico sobre la materia "El lenguaje político del Islam", escribe “De acuerdo con las enseñanzas musulmanas, la yihad es uno de los mandamientos básicos de la fe, una obligación que Dios ha impuesto, a través de la revelación, sobre todos los musulmanes. En una guerra ofensiva es obligación de la comunidad musulmana en conjunto en una guerra defensiva se convierte en una obligación personal de cada varón musulmán adulto. Y hasta que el Islam se imponga, dice Lewis, el mundo estará dividido en dos: el Territorio del Islam (dar al-Islam) en el que los musulmanes gobiernan y prevalece la ley del Islam, y el Territorio de la guerra (dar al-harb), que comprende el resto del mundo.

En agosto de 2007, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama manifestaba que el fracaso de la integración de los musulmanes en Europa era una bomba de tiempo que ya había contribuido al terrorismo y podría llegar a convertirse en una amenaza para la democracia: “La civilidad de la Ilustración europea, de la cual es heredera la democracia contemporánea, no puede ser culturalmente neutral, dado que las sociedades liberales tienen valores propios que resguardan la igualdad de los valores y de la dignidad de los individuos”. Decía Fucuyama que las culturas que no aceptan estos principios no merecen aprovechar a su favor el marco de la democracia occidental para destruirla. Dentro del marco común los, en este caso musulmanes, deben ser tratados como ciudadanos comunes, pero no como miembros de una comunidad aparte, distinta y con leyes y valores distintas de los de la sociedad que los acoge.

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