Fernando Ramos
La manipulación política de la denuncia contra Suárez
La cultura popular asimila las hormigas a unos bichitos ahorradores, que trabajan incansablemente para tener sus almacenes llenos de comida para cuando llegue el invierno. Algunos economistas, sin embargo, advierten ahora de los gastos hormiga, esos pequeños gastos habituales que por su reiteración suponen a final de mes una cantidad importante. La gente tiene claro que ir a trabajar es comenzar a gastar dinero desde que se sale de casa y la moraleja, por tanto, es que lo mejor es teletrabajar. Pero hay otra cuestión, también de la cultura popular, que dice aquello de que la vida es cara y la hay más barata pero no es vida. Si para ahorrar hay que dejar de tomarse el café y la tostada en el bar de la esquina o no quedar en un afterwork para criticar a los jefes o no tener un pequeño detalle con la pareja, la gente se convierte en hormigas insectos, de las que no paran de trabajar cuando lo que gusta es ser como las cantarinas cigarras.
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