Manuel Orío
Extremadura nos dice
Es lo que quiero desear a todos, además volver a los orígenes de la celebración de estos días, el nacimiento del Niño Dios (Jesús). Si, volver a lo que desde hace décadas se viene diciendo “felices fiestas”, que poco a poco van consiguiendo que en realidad lo sean, allá lejos algunos aún recuerdan porque se celebran estas fiestas.
No estoy en contra de que cada vez el inicio de la Navidad de comienzo a finales de noviembre, con fuegos artificiales, luces y también cenas y comidas de empresas. Creo sinceramente que es bueno todo, lo que sí que me encantaría que recordásemos la razón de esos eventos, no sólo por su nombre, más por la realidad que significa el que Dios se encarna y se hace uno de nosotros. Nos vino a traer un gran mensaje, un modo de vivir, de amar a todos y para los creyentes la redención, aunque quizás lo más importa es que se acercó a nosotros y se hizo igual en todo menos en el pecado.
Posiblemente por la edad añoro las navidades de antaño, las Nochebuenas en familia, comíamos pollo que era difícil obtenerlo el resto del año. La familia se reunía, cantábamos villancicos, y en algunos casos bailábamos, incluidas las rancheras, hasta bien entrada la noche. Era todo sin estridencias, en muchas casas se recordaba la razón de esa noche en la que Dios quiso hacerse hombre sabiendo lo que le iba a suceder, la muerte en la cruz. Nos enseñó el camino a seguir, sus seguidores, especialmente los doce que expandieron su vida y mensaje por el mundo aún a costa de sus vidas.
Creo que la libertad individual tiene que prevalecer, celébrese como se celebre, fiestas o Navidad. Son unos días muy tradicionales donde surge, desde hace muchos siglos, la alegría, el ayudar a otros, compartir, olvidar por unos días los problemas que tenemos. También deberían ser un recuerdo para los que por diferentes motivos no lo pueden hacer, acordémonos de ellos y si es posible ayudémoslos dentro de nuestras posibilidades. Todo ello sin olvidar la verdadera razón de la Navidad, que como dije al inicio es la encarnación de Dios, que se hizo un ser humano para redimirnos y ofrecernos que la muerte la ha vencido y que tras ella nos espera una vida sin los problemas terrestres y que no tiene fin. Teniendo presente el significado de la Navidad sean bienvenidas las luces, los regalos, las comidas o cenas, la alegría de compartir sin olvidar a los desamparados, a los enfermos, los sintecho, los que no tienen nada…
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