¡Te tienen envidia, Pedro!

La envidia es muy mala. Que se lo pregunten a Jeff Bezos, al que le han montado una campaña en contra por casarse en Venecia porque él lo vale y se lo puede pagar. A Bezos, Musk o Amancio Ortega siempre les ponen a parir los mismos. Si no es por los privilegios venecianos de la boda VIP es por su riqueza o por donar decenas de millones a la sanidad española como hace el dueño de Zara-Inditex. Vamos, que algunos nunca están contentos y siempre se la montan al poder del dinero o al poder político porque destilan pura envidia insana.

La envidia es muy nociva, qué leches. O que le pregunten a Pedro Sánchez, el líder planetario incomprendido que está haciendo una sorda labor universal con la ONU, la OTAN, Trump o Israel. Es el Cid Campeador de la lucha contra la pobreza, el Gladiator del pacifismo de salón, el Superman de la boca chica que dentro de la reunión de la Alianza Atlántica no le chistó a Donald, el amoroso marido incomprendido de los cinco días de retiro que ignora la corrupción que le rodea y que tan de cerca le toca. ¡Qué envidiosa es la gente, coño! Con la suerte que tenemos de poder disfrutar de un presidente tan casto y puro, tan honestamente esclavo de la verdad, tan vigorosamente transparente, tan regenerador de la democracia y tan fiel a la palabra dada. Pedro cambia de opinión, pero no miente ni engaña; solamente muta en Maquiavelo ibérico de andar por casa. ¡Cuánta envidia es capaz de vomitar el odio, joder! Con lo felices que somos los españoles con una amnistía pacificadora y constitucional que pide perdón a los delincuentes golpistas y fomenta la desigualdad social y territorial. ¡Manda carallo, qué envidiosillos son algunos respecto al bienaventurado Sánchez-Castejón! Por favor, si lo que está haciendo Pedro es una refundación constituyente y revolucionaria de todo por el pueblo y para el pueblo...de Ferraz. ¿O es que la ciudadanía no es consciente de la igualdad que supone poder acceder a una cátedra sin título universitario o a un puesto de musicología siendo el hermanísimo del presidente, pobrecillo, que también tiene derecho a no saber ni donde trabaja, ni si tiene despacho ni si sabe lo que hace en esa hermosa tierra de Extremadura.

La envidia es muy perniciosa. O cómo se explica que la trama del encarcelado Cerdán y sus colegas Ábalos y Koldo mire tanto por la obra pública y por erradicar la prostitución. Si no llega a ser por Pedro, todas esas lecciones morales de la vida contra la envidia se perderían. Porque mira que ha hecho cosas Castejón por enterrar el régimen del 78 reescribiendo la Constitución con las faltas de ortografía de Pumpido; mira que ha intentado copiar el modelo chavista venezolano en todas sus manifestaciones para hacernos a todos iguales: iguales ante su Ley, iguales ante sus urnas y su voto por correo, iguales ante la corrupción y los procesos golpistas. Somos muy afortunados de tenerte, Pedro. Que te quiten lo bailado, porque la envidia es muy mala, nociva y perniciosa. Pura envida es lo que te tienen, Pedro. Di que sí.