La brecha social

Uno de los síntomas más alarmantes y el que con más propiedad señala las carencias de un país que se debate en la duda y no es capaz de encontrar un camino digno y justo, es la desigualdad existente entre los diferentes sectores que conforman la sociedad española y el despropósito que se advierte bajo ese panorama odioso y aparentemente sin posibilidad de corrección. Un país gobernado por la izquierda está contribuyendo a agrandar la brecha entre clases, y proporciona un campo de juego aparentemente idóneo para que los ricos sean cada día más ricos y los pobres sean muchos más que antes y paradójicamente más pobres, porque la situación de desequilibrio existente y la presión de la economía doméstica ha arrasado con una clase media cada vez más frágil que ya no puede serlo. El país se está llenando de personas que tienen trabajo, que perciben un salario y que poseen una cualificación razonable. Se trata de un segmento cada vez más amplio al que sin embargo lo que percibe no le llega por más equilibrios, sacrificios y renuncias que tenga que hacer por el camino.

Y es natural que no le llegue. Un sueldo mensual de 1.500 euros brutos no alcanza ni para hacer la compra diaria tal y como se ha puesto el precio de los más básicos alimentos. Este paisaje brutal se complica si además hay que pagar vivienda. Es, en definitiva, un cada vez más amplio gajo de la sociedad española del nuevo milenio el que no puede vivir a pesar de su empleo, que no puede permitirse el lujo de ir a la compra, de tener una vivienda digna y de sacar adelante a su familia. Es una parte de la ciudadanía que ha de acudir a comedores sociales para tratar de paliar sus necesidades vitales, que no puede permitirse ni una sola alegría, que no vive de día y no duerme de noche. Los datos fríos y neutros así lo demuestran. Baste una pincelada. Este año el número de beneficiarios del llamado Ingreso Mínimo Vital que el Estado otorga a las familias sin recursos ha crecido un 18,7%. Hay casi 800.000 hogares que lo perciben a día de hoy. Casi dos millones y medio de personas de los que el 40% son niños. En este mismo país hay 32 patrimonios de más de mil millones de euros, una lista que este año ha incorporado a ocho multimillonarios nuevos.