De basurero a mirador

Cuando el gobierno local así lo decida, Vigo dispondrá de un nuevo mirador con grandes posibilidades por sus espectaculares vistas ante la Ría en un alto en las proximidades del Alba. El espacio -denominado O Zondal- estuvo maldito durante años, inapropiado para la vida, con una auténtica montaña de basura que se podían contemplar desde kilómetros. Todavía sigue ahí, oculta, pero hace 30 años que el contenido fue sellado y vaciado de gases en un proceso muy largo que acaba de terminar.

El futuro parque del Zondal está en condiciones de ser reutilizado: los informes realizados hasta ahora confirman que no hay rastros de actividad bajo la superficie ni tampoco metano. Es una superficie inocua y los vecinos de Valadares incluso han pedido que sea transformado en una zona verde boscosa. Nadie que pase por allí puede imaginar cómo era: un basurero clásico, que crecía cada día en 300 toneladas de residuos. Una pesadilla. Era un lugar no apto para la vida y un comedero excepcional para las gaviotas. No fue por casualidad que entonces proliferaran hasta alcanzar cifras brutales que obligaron a iniciar campañas de reducción de huevos. Y tampoco lo es que hayan disminuido incluso más de lo aconsejable tras el cierre de todos los vertederos. Hace 30 años se tomaron decisiones acertadas, aunque la reacción vecinal alentada por intereses variados -políticos, sociales e incluso económicos- que anunciaban el apocalipsis provocó una guerra terrible en Guixar que se llevó por delante un autobús de Vitrasa, un alcalde y la mano de un chico.

Treinta años después, la planta de Guixar sigue en el mismo sitio y dentro de unos meses será modernizada por completo y ampliada sus servicios para que pueda gestionar también los residuos orgánicos para convertirlos en abono. Nadie se ha quejado ni debería hacerlo, aunque el daño está hecho.