¡Ay el PSdeG!

Congreso del PSdeG con candidato único elegido, sin sorpresas. De nuevo Besteiro con ejecutiva sin oposición, tras el amago de Gonzalo Caballero, que se lo pensó de verdad hasta que vio que su intento estaba abocado al fracaso ante el cierre de filas en la dirección gallega y los mensajes desde la central en Madrid, en la misma dirección. Gómez Besteiro fue ratificado tras obtener el peor resultado en la historia del PSdeG en las autonómicas, donde el líder socialista se expone directamente ante los votantes y se somete a escrutinio de verdad. Fracaso absoluto, tercera posición muy lejos del BNG, con un mensaje político difuso y sin dar ni media bofetada a los nacionalistas, lo que parecía una invitación a que sus electores cambiaran de bando. Lo que hicieron.

Todo ello tiene una explicación: la sombra de Doc PS planea sobre el PSdeG, obligado a seguirle el paso en cada una de sus sucesivas negaciones a sí mismo, cada vez con mayor desparpajo. La última de momento con la cesión de la delegación indefinida -y sin vuelta atrás- de las competencias en fronteras y residencia a Cataluña, otro paso hacia el desmantelamiento del Estado y la configuración de una especie de confederación. No será el último, es probable que los siguientes procesos pasen por las selecciones propias y jueces a su medida, siempre según el mismo guion: primero negando, luego diciendo que no es como se cuenta y finalmente restando importancia. Un desvarío. Hay que añadir el ninguneo descarado a las resoluciones del Parlamento de Galicia, pese a estar avaladas por el PSdeG, para la cesión de la AP-9 a la Xunta, y la negativa a plantear el fin del peaje en una autopista donde la UE considera que se han violentado las normas sobre competencia al dar dos prórrogas, una ya completada y otra recién estrenada. 

Con este panorama, el presente de la delegación del PSOE es oscuro, lo que beneficia al PP. Mientras el PSOE sigue débil en Galicia, podrá mantener su hegemonía por el principio político de los extremos: cuando en una contienda electoral participan una fuerza situada en el centro y otra muy a la derecha o a la izquierda, tiene la primera todas las de ganar. Fraga lo sabía muy bien y vivió tranquilo contra Beiras, hasta que el PSdeG se rearmó.