La abominable tropa

Por Europa adelante avanza un concepto tal doloroso como preocupante que comienza a suponer que España no es precisamente un país confortable para las mujeres. El ámbito cavernario que ahora sabemos estrangula el inmueble de Ferraz con un sujeto en sus puestos de máxima responsabilidad que se ha paseado por los pasillos con la bragueta abierta y recreando felaciones, está comenzando a hacer mucho daño no solo a nuestra credibilidad como pueblo con el suficiente grado de honestidad, responsabilidad y respeto como para ofrecer signos de confort y confianza a las mujeres, sino a su Gobierno, de arrancada el más feminista de todos los nombrados hasta el momento pero con mucho de boquilla en la apuesta porque luego resulta que uno de sus ministros de mayor peso específico, responsable por otra parte de la intendencia del partido, solicitaba servicios sexuales por correspondencia y elegía a las invitadas a sus orgías con catálogo y responsabilizando a su guardaespaldas para que las llevara a la cita y las regresara a las tantas a casa. El zafio y grosero proceder de la baronía del PSOE que ya no solo se domicilia en el Madrid cortesano y ombligo del poder sino en otras muchas federaciones –al presidente de Torremolinos lo han cesado por el mismo motivo- está comenzando a hacer estragos pero se ha mantenido a la chita callando en una formación que presumía de abrazar y abanderar la causa feminista y resulta que una de sus mujeres de mayor peso específico llamada Adriana Lastra tuvo que pedir salir del círculo de mando para no ser triturada por los machos alfas de la cuadrilla y se ha refugiado como delegada del Gobierno en su Asturias para que no se la coman.

La triste verdad es que en España han crecido exponencialmente las violaciones –se calcula que salimos a 15 diarias- y que la famosa ley del “sí es sí” ha rebajado las penas a 1.400 delincuente sexuales. España ha descendido quince puestos en la clasificación en cuanto a trato a la mujer se refiere y nuestros socios continentales nos observan con preocupación creciente. Cerdán, Ávalos, Salazar, Óscar Puente y todo el equipo de machos cabríos de horca y cuchillo lo controlaron todo. Así que la desconfianza es comprensible con esa abominable tropa.