Sábana grande, Caracas

"Nuestros hijos volarán con el siglo". ¿Sabemos a dónde, cómo y por qué? Cuando el error existe y se instala en nuestras formas, hasta las palabras bonitas sobran para ocultar la penitencia que hoy ya vivimos. Lo decía en su día Arístides Calvani, amigo y fruto de aquella emigración de los cincuenta y sesenta. Las declaraciones desafortunadas de la Sra. Carmena, alcaldesa de Madrid, confirman el postureo cínico que utiliza hoy la izquierda marxista para justificar lo injustificable. Llamando valientes a quienes ignoran y desprecian nuestras leyes, asaltando nuestras fronteras e ignorando a nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad. Y que esto lo afirme una ex juez, es muy fuerte y nos lleva a preguntar ¿En manos de quién estuvo y está hoy la justicia española y cómo conservar la unidad de España hoy amenazada?

Estos dos paseos emblemáticos alejados por la distancia pero unidos por su grandeza histórica, hoy también por sus desgracias en común, al ser víctimas propicias del populismo demagógico que campa a sus anchas destruyendo nuestra convivencia con la complicidad de unos y la cobardía de otros, incumpliendo las leyes que deben conservarlos y protegerlos. Es la nueva arma que utiliza hoy el nuevo comunismo con disfraz de conveniencia, con la complicidad de unos y la cobardía de otros, incumpliendo las leyes que deben conservarlos y protegerlos. Es la nueva arma que utiliza hoy el nuevo Comunismo, con disfraz de conveniencia. Para someter y perturbar la convivencia ciudadana, apoderándose de espacios públicos destinados al esparcimiento ciudadano, el ocio o el comercio legal, para convertirlos en guarida de ilegalidades y centro neurálgico de sus delirios comunistas. Que reparten ilegalmente entre sus organizaciones y mafias. Ayer fue Caracas, hoy es Barcelona y le seguirá Madrid, donde ocupas, top manta, anarquistas y otras hierbas afines, ya forman parte activa de una legión de inadaptados protegidos por una supuesta y ficticia solidaridad social progresista. Hoy ya, socios de conveniencia de una Independencia feroz, ilegal y desbocada para dividir España. Al que se unen sus compinches y alcahuetes, utilizando sus miserias perturbadoras. Al invadir para sus fines oscuros y desconcertantes. Los espacios emblemáticos y comunes que le pertenecen a todos los ciudadanos. Mientras, estas tomas se efectúan sistemáticamente. Sus alcaldes. Ven para otro lado o los catalogan de valientes emprendedores. Insultando a todos los españoles.

Una sociedad democrática y libre, consciente de su destino, debe unirse y actuar en consecuencia. No puede aceptar pasivamente esta usurpación o asalto de sus espacios públicos y comunes. Ante tanta desidia y falta de autoridad para protegerlos y potenciarlos. Aparece la comodidad del "a mí no me afecta y no me importa", unido a la falta de solidaridad nacional. Poniendo en juego la defensa de nuestra integridad y convivencia, patrimonio común de todos los españoles. Y es aquí precisamente donde empezó el desmantelamiento de una pujante clase media y trabajadora, en aquel emblemático y solidarios país llamado Venezuela. Que ya hoy amenaza con extender todas sus miserias y sufrimientos a España, de la mano de Podemos y sus mariachis, alcahuetes y camuflados. El momento político que vive España hoy, debe llamarnos a reflexión. De donde estamos y los riesgos que vivimos hoy, que nos pueden trasladar al desastre, igual o parecido al que hoy vive Venezuela. No se trata del chantaje del miedo, es una realidad contrastable. El sectarismo no entiende el diálogo, éste es prescindible oportunamente para ocultar su cinismo obsceno. También lo decía en su día D. Salvador Allende, cuando en el primer congreso de periodistas de izquierdas, celebrado en Chile el 9 de abril de 1971. Dijo: La objetividad no debe existir en el periodismo de izquierdas, porque el deber supremo del periodista de izquierdas no debe ser la verdad. Esta debe estar al servicio de la revolución. Ese dogma sigue imperando hoy en el nuevo comunismo disfrazado como socialismo del siglo XXI