Generaciones

La llamada Generación Z, nacida entre mediados de los 90 y los 2010, comparte hábitos y valores que se repiten en todo el planeta. Son digitales, conectados, comprometidos con causas como el clima, la igualdad o la salud mental. Su forma de expresarse es directa, visual y veloz. Y su visión del mundo, global.

Pese a su energía y conciencia social, muchos jóvenes de esta generación sienten que no están siendo escuchados. Participan, proponen, alzan la voz... pero las instituciones responden con lentitud o indiferencia.

¿Existe una brecha entre la Generación Z y los responsables políticos? Claramente sí. No es solo una cuestión de edad, sino de prioridades: mientras unos siguen funcionando con esquemas del pasado, estos jóvenes exigen decisiones valientes y urgentes.

Y si con la Generación Z no aprendemos a escuchar, ¿qué pasará con la Generación Alfa, que viene detrás? Son aún más nativos digitales, aún más conscientes del mundo que heredan. ¿Vamos a repetir el error de ignorarlos también?

Es momento de actuar. No se puede seguir subestimando a quienes ya están liderando cambios desde abajo. Mientras muchos jóvenes viven en la precariedad, se les niega participación real en los asuntos que les afectan directamente.

Escuchar, dialogar e integrar a los más jóvenes no es una concesión: es una inversión en futuro.

¿Les hemos prometido un mundo mejor… para luego dejarles solos? Cabe recordar que la fuerza del cambio está —y siempre ha estado— en manos de los jóvenes.

Pedro Marín Usón.

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