Un niño que quiere ser payaso y dos personajes, Don Pepito y Don José, que le ayudan a cumplir su deseo. Ese es el argumento de “Circlássica. El sueño de Miliki”, el espectáculo circense, creado por Emilio Aragón en homenaje a su padre para representar en una gran carpa de Ifema y que Productores de Sonrisas adaptaron al teatro. Ayer se estrenó en el García Barbón, con la primera función de las cinco que darán en Vigo, la primera parada en Galicia, previa a la de Coruña (del 13 al 16) y a la de Santiago (del 21 al 23).
“Es un viaje a la nostalgia, pero visto como algo positivo, con la banda sonora de varias generaciones”, apuntó Sonsoles Armendari, responsable de la gira.
“Había una vez un circo”, “Susanita tiene un ratón”, “¡Cómo me pica la nariz!” o “¡Hola don Pepito!” son algunas de las canciones que suenen en una función, donde el hilo conductor es un musical protagonizado por el pequeño Miliki. En el estreno fue interpretado por Yago, de siete años, el benjamín de los cuatro niños que se recrean el personaje y que se reparten las funciones. Está acompañado por un elenco de 18 artistas, entre actores, bailarines y artistas circenses, que cumpliendo con los cánones de los espectáculos de carpa, son de diez nacionalidades distintas.
Y como no podía ser menos, en un cuento, lleno de fantasía, también hay un malo, Astracán, que intentará que Miliki no cumpla con su destino.
La puesta en escena, los efectos lumínicos y la selección de números recrea al circo más clásico durante dos horas, sin animales y con el foco puesto en los artistas, acróbatas, payasos o equilibristas, que se envuelven en la atmósfera romántica.