Las mil caras de una nube del vigués Bosco Caride

Bosco Caride, con una de las pinturas de “Indicios” que ayer inauguró en el Marco.
photo_camera Bosco Caride, con una de las pinturas de “Indicios” que ayer inauguró en el Marco.
Bosco Caride inauguró “Indicios”, llenando de ventanas abiertas la sala del Marco

Vaporosa, etérea, gaseosa, concebida para la contemplación. Así es “Indicios”, la exposición que Bosco Caride (Vigo, 1963) inauguró ayer en el Marco. En un giro sorpresivo de su estilo, presenta obras desde el gran formato hasta el detalle con un único tema: nubes y humo, donde juega con los colores, las texturas y las profundidades, pero también con la atmósfera y el espacio.

El artista reconoce que las obras fueron pensadas para el espacio y la distribución responde a una adaptación al entorno. “Las obras se expanden a la idea de pared, quise abrir ventanas a instantes que pasan en el mismo momento y en los que el espectador tendrá que buscar en los márgenes para completar la escena”.

 

 

El crítico de arte y profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona, Jaume Vidal Oliveras, comisaría la muestra. “Caride enlaza con la tradición de los monocromos, con una composición muy simple en apariencia, pero que guarda gran complejidad”. Así superpone capas de pinturas, una y otra veladura hasta lograr el objeto. Da las claves de la propuesta, indicando el proceso creativo de la abstracción a la figuración con un resultado final abierto al espectador. 

“En mis cuadros hay movimiento, empiezo siempre desde la incertidumbre de las manchas de color que avanzan hasta conformar una nube que se para en un instante concreto”. Caride califica las nubes como elementos mágicos para el pintor, “por sus formas, matices, colores complementarios”.

 La colocación más baja de las pinturas logran acercar al que contempla e invitarlo a formar parte del cuadro, a que se sienta envuelto en esa atmósfera. Esa es la intención del artista.

Una belleza y serenidad que esconde otra visión más crítica que se materializa en la sala de la galería. Allí se expone la serie “Fuego real”. Otra vez óleos, pero esta vez sobre cartón y papel que ya no transmiten tranquilidad. Las cartulinas están tiroteadas con balines de carabina. “Busco enfatizar que la pintura está herida, una fragilidad que se detecta incluso en la colocación; la sensación que genera es distinta, sufre una transformación”.

El alcalde Abel Caballero acudió a la inauguración y reflexionó en alto: “Alguno de estos cuadros tendría que estar en la Alcaldía”. El regidor se mostró muy satisfecho con la exposición y aprovechó su intervención para anunciar la renovación efectiva del contrato de Miguel Fernández-Cid como director del Marco. “Ayer (por el miércoles) la firmé, pues estaba condicionada a la presentación de una memoria de estos tres años; mientras yo sea alcalde, estará al frente del museo”.

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