La alta velocidad se encuentra cada vez más cerca de Vigo, si bien los tiempos entre la ciudad y Madrid siguen estando lejos de lo prometido por el Ministerio de Transportes. Una fecha histórica para el ferrocarril vigués, que recibía ayer en la estación de Urzaiz al Talgo S106 por segunda vez, la primera con pasajeros a bordo. El tren llegó en 4 horas y 10 minutos, puntual según lo previsto pero lejos de las 3 horas y 35 minutos prometidas a principios de año, dejando luces y sombras en su trayecto. La parte negativa se encuentra en el incumplimiento de los tiempos prometidos por Óscar Puente el pasado 5 de enero. Concretamente en 45 minutos de diferencia. Lo positivo, la estabilidad de la máquina y el confort de los asientos que apuntaron los viajeros de este trayecto en pruebas, que en algunos puntos alcanzó los 300 kilómetros por hora, además de la pantalla personalizada para cada viajero.
Con esta llegada se cumple una petición expresa de la sociedad viguesa, que demandaba un servicio a Madrid que rebajase las 4 horas de duración pero que (de momento) no se cumple. Ya anunciado para el verano de 2022, se fue retrasando hasta finales de 2023 y, de nuevo, al segundo trimestre de 2024. A partir del 21 de mayo comenzarán los viajes con regularidad, la salida de Vigo a las 9:28 horas y, la vuelta, a las 19:18 desde Madrid, llegando antes de medianoche a Vigo.
El AVE salió de Madrid a las 8:40 horas con un total de 500 plazas ocupadas por trabajadores de Renfe, casi el 100% del total, que testaron en primera persona las ventajas del nuevo tren. La mayoría bajaron en Santiago y en Pontevedra, llegando alrededor de unos 80 a la estación de Urzaiz a las 12:50 horas. “La experiencia es buena y la gente va a viajar estupendamente”, apuntó un empleado de la empresa ferroviaria. Afloraron también las primeras críticas, esta vez en referencia a la falta de espacio existente al incorporar una nueva fila de asientos, que reduce la amplitud del pasillo: "Queda muy estrecho, pero es que donde antes metíamos cuatro asientos, ahora hay cinco y en algún sitio hay que perder espacio, pero con los reducidos tiempos no debe penalizar mucho la comodidad", señaló Juanjo, otro trabajador de Renfe que viajó en el AVE a Vigo.
El propio Juanjo apuntó que recorrer la distancia entre Madrid y Vigo en apenas cuatro horas “es un lujo” y espera que se siga reduciendo los tiempos, aunque para ello habrá que evitar hacer un rodeo por Santiago, solo posible con la salida por Cerdedo, aún muy lejos de ser una realidad: “La alta velocidad es carísima, pero pasamos de un tren S103, con 400 plazas, a este tren que tiene 507 y a la espera del AVLO (tren lowcost) que llegará a las 581”.
Todo ello, afectado por las obras que comenzaron en la estación de Madrid-Chamartín. Y podrá seguir ralentizando las mejoras en la conexión. Un trabajador ferroviario aseguró que las mejoras en la capital española “van muy lentas y aún queda bastante”, indicando que existe la posibilidad de que los cuatro raíles de alta velocidad cerrados no estén operativos en la fecha fijada. Esto retrasaría los planes del ministerio de ir ampliando los servicios de alta velocidad entre Vigo y Madrid (solo planeado para el 21 de mayo un servicio de ida y vuelta de los cinco prometidos) y continuaría con la modificación del tren madrugador que recorre el Eje Atlántico, que adelantó su salida de Vigo de las 6:35 horas a las 6:15 horas con motivo de las obras madrileñas. Una promesa de Óscar Puente que apuntó al mes de octubre para contar con todo lo prometido, incluido el trayecto en 3 horas y 35 minutos.
