María Martín Barranco: "Lenguaje inclusivo no es decir gallegos y gallegas hasta el infinito y más allá, hay otras formas"

La especialista en igualdad, María Martín Barranco.
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Una forma de hacer igualdad sin pensarlo es hablando, asegura la licenciada en Derecho, experta en Igualdad y escritora

María Martín Barranco es licenciada en Derecho, experta en Igualdad y escritora. El Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur le dará la bienvenida mañana en el Hospital Álvaro Cunqueiro, donde ofrecerá una conferencia en la que dará claves prácticas para lograr un lenguaje no sexista e inclusivo en ciencia.

¿Las palabras pueden cambiar mentalidades?

Pueden cambiar sobre todo la manera en la que vemos la realidad. Una forma de hacer igualdad sin pensarlo es hablando, comunicarnos de una forma que no discrimine a nadie.

¿Por qué hay resistencia al cambio?

Por dos motivos. El primero por desconocimiento, se ha identificado el lenguaje no sexista y el lenguaje inclusivo con la abundancia de vocales. Hay quien piensa que lenguaje no sexista es estar diciendo gallegos y gallegas, niños y niñas, hasta el infinito y más allá. Sin embargo, hay muchas herramientas de no discriminación que pasan por ver cómo se esconde a  la mujer en el lenguaje, no se arregla con un desdoblamiento. El segundo motivo es ideológico, es pensar que el feminismo se ha pasado y que nadie tiene derecho a decir cómo hablar, pero esto no es una imposición, es saber que decirlo así discrimina.

¿Quién nos debería enseñar?

El lenguaje empieza en casa y en las familias hablan como les enseñaron, ahí ya partimos de una base que ya es sexista. Pero en la escuela se podrían enseñar cosas. Son cambios muy sencillos: que no fuese obligatorio en la gramática, si hay un masculino y un femenino, que el masculino vaya delante, o que la concordancia cuando nos referimos a personas en lugar de ser siempre en masculino fuese por cercanía (que concuerde con la última persona que nombres), o si te refieres a alguien y hay más mujeres que hombres lo dices en femenino y si es al revés, en masculino. La RAE ya hace estas propuestas, por ejemplo se concuerda el adjetivo por cercanía cuando se refiere a cosas. Hay mecanismos en la lengua y es algo que se puede aprender.

¿La RAE debería impulsarlo?

No digo que no intenten evitar el sexismo del diccionario, que hace 10 años era desorbitado, hace 5 años era enorme y ahora es mucho. Pasamos de desorbitado a mucho. Lo que pedimos a la RAE es que se deje asesorar por personas que saben de igualdad. A veces hacen cambios que piensan que están bien y, sin embargo, siguen siendo discriminatorios. Parece que tuvieran el monopolio de las definiciones y que no se pudieran proponer cosas de forma razonada.

Estudió la construcción de lo femenino a través del lenguaje, ¿qué fue lo más sorprendente?

Hice un análisis desde los primeros diccionarios hasta hoy. Las definiciones cambian porque los tiempos han cambiado mucho en estos más de 300 años, pero queda un poso de prejuicios contra las mujeres que no varían. Se dice de forma diferente, pero se sigue diciendo en los diccionarios, las canciones populares, los refranes o los chistes. Se dice que las mujeres son falsas, mentirosas, volubles, irracionales. La construcción de lo femenino se sigue haciendo a través de la mirada de los hombres y tiene una consecuencia. Las mujeres aprendemos a mirarnos a nosotras mismas con una mirada masculina, yo lo llamo el modo error. Nos piden la perfección todo el tiempo.

¿Sirvió para algo el caso Jenni Hermoso?

 Ha despertado la conciencia a nivel mundial y eso es importante. Niñas de todas partes saben que si eso vuelve a pasar lo pueden decir, no se tienen que callar, y las van a creer. Una de las premisas en la construcción de la idea de la mujer es que somos mentirosas y exageradas. También se ha demostrado que las costumbres que se tienen desde siempre a lo mejor solo eran normales para una parte de la sociedad. Otra cosa importante es que muchos niños podrán tener referentes femeninos que defiendan sus derechos, hasta ahora solo tenían referentes masculinos.

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